Un derroche de Almodóvar
El manchego presenta 'Los abrazos rotos', su película «más larga y cara», con 80 secuencias más que 'Volver' y el triple de decorados
Actualizado: GuardarAmores y desamores de cuatro personajes adultos y sus secretos. En síntesis, este es el argumento del nuevo trabajo de Pedro Almodóvar, Los abrazos rotos. No porque el manchego lo haya revelado de manera explícita, ya que en la hora y media que duró su comparecencia ante los medios para dar detalles de su esperado proyecto sólo apuntó pequeños detalles de la que será su película número diecisiete.
Ya avisó que había prohibido hablar a sus actores de la trama, porque le gustaría que el espectador se acercara a ver su trabajo sin conocer la trama. Y predicó con el ejemplo. «Aunque el público siempre se lleva sorpresas, no quiero desvelar muchas cosas para que disfrute más», apuntó.
Es decir, que Los abrazos rotos participa de varios géneros desarrollados en dos épocas -mediados de los 90 y en la actualidad- y sus cuatro protagonistas -encarnados por Lluís Homar, Penélope Cruz, Blanca Portillo y José Luis Gómez- se mueven en el mundo de los negocios y del cine.
Ante la insistencia de los más de 200 periodistas acreditados, el autor de la oscarizada Volver adelantó que era una historia «muy novelesca -el guión en estos momentos tiene 190 páginas-. Es una celebración de la ficción porque a los personajes -de los que tampoco desveló los nombres- les pasan muchas cosas, sufren mucho, hacen muchas barbaridades y también cosas heroicas», detalló. El rodaje comenzará el próximo 26 de mayo en Lanzarote, donde estarán tres semanas, y después viajarán a Madrid. «En la época de los noventa predomina el drama, hay una parte de thriller y elementos de comedia. Es un drama con tintes muy negros», aclaró Almodóvar, que también dijo que era su filme más «largo y caro» -hay ochenta secuencias más que en Volver y tiene el triple de decorados, muchos de ellos los han tenido que construir-.
A pesar de su experiencia, Almodóvar, que cada vez que da la primera vuelta de manivela cae enfermo, confesó que no tenía ninguna seguridad de que el filme saliera bien. «Mi medida para hacer las cosas es el nivel de excitación que tengo. Ahora estoy muy excitado con este trabajo distinto en el que tengo a viejas conocidas -Rossy de Palma, Ángela Molina y Kitti Manver- hacen papeles breves, pero sustanciosos. Rodar es una aventura que entraña peligros y sorpresas apasionantes. Para mí no es un trabajo, sino una actividad adictiva, no puedo estar más de un año sin filmar», reconoció.
Cuatro meses de ensayos
El manchego lleva cuatro meses ensayando con unos actores de los que está «muy seguro»; la música queda en manos de de Alberto Iglesias, «que se ha superado a sí mismo»; la fotografía del mexicano Rodrigo Prieto, «que se maneja muy bien en la oscuridad y aquí hay escenas en superficies absolutamente oscuras; y un equilibrio entre los personajes femenino y masculinos. Estos últimos están «más destilados, son más ricos. No son símbolos como en Volver, sino de carne y hueso. Esto no quiere decir que sean perfectos, porque no sabría cómo hacerlos», añadió.
Una vez más, Almodóvar ejerció de maestro de ceremonias y dio paso a sus actores, a los que ánimo a decir algo después de describir sus papeles. Penélope Cruz, que encara su cuarto trabajo con el manchego, se mete en el papel de una actriz que no pasa por el mejor momento de su vida. Para ello, el cineasta le ha colocado una peluca blanca platino corta y con mucho volumen «que le da un aspecto artificial», dijo el director.
Penélope, que no sólo está disponible para Almodóvar, sino que éste es su prioridad, reiteró lo feliz que le hacía trabajar con su buen amigo, que en esta ocasión le ha preparado varias escenas en las que tiene que hacer una prueba que le sale fatal. «Es muy difícil hacer a propósito una escena mal sin pasarse. Hay que ser muy sutil», apostilló una impecable Cruz, enfundada en un Chanel vintage azul.
Tras la experiencia de La mala educación, Almodóvar ha vuelto a confiar en Lluís Homar, que lleva el peso de Los abrazos rotos, donde se mete en la piel de un guionista que sufre un accidente y se queda ciego. Homar, que lleva cuatro meses conviviendo con invidentes, dijo estar en deuda con el cineasta por este papel, «que me ha hecho sentirme mejor persona al haber conocido a personas que no pueden ver», expresó.
El personaje de Homar se desenvuelve en el mundo del cine, que también es el ámbito del que hace Blanca Portillo, directora de producción. A Portillo le han tocado «auténticos monólogos» en esta historia en la que, además de ser amiga y mano derecha del personaje que hace Homar, es madre soltera -su hijo es dj y cuenta con el rostro del gallego Tamar Novas-.
Por su parte, José Luis Gómez es un broker de los 80, «de los del pelotazo», un multimillonario financiero de alto nivel con pocos escrúpulos, un cazador empedernido que tiene en Penélope Cruz a una de sus piezas más deseadas. El papel de Gómez es el de un triunfado con una gran dimensión social, cuya alargada sombra es una ruina para su hijo, papel que defiende Rubén Ochandiano, para el que Almodóvar se ha inspirado en los terribles casos de los vástagos de Hemingway y Arthur Miller -el primero se suicidó y el segundo fue rechazado por su padre desde que nació por tener el síndrome de Down-.