Yo te bautizo como Rocío del Alba
La hermandad de Cádiz bautizó ayer a los romeros que realizaron por primera vez en sus vidas el Camino
Actualizado: GuardarCon el vino de la tierra y con la sal del mar yo te bautizo». Así rezaban las palabras del hermano mayor de la Hermandad de El Rocío de Cádiz, Manuel Montaño, antes de iniciar el rito a los rocieros de la corporación gaditana.
Y es que los peregrinos que realizan por primera ver el Camino andando, por tradición, deben ser bautizados ante el resto de los hermanos.
Y para poder recibir estas originales aguas bautismales los romeros son imprescindibles unos padres y elegir un nombre.
Los padrinos, de dos a cuantos se quieran, deben ser hermanos de que ya hayan realizado más de dos peregrinaciones a La Aldea durante El Rocío. Si son niños, los padrinos suelen ser los padres. Si no, y en el caso de la mayoría de los bautizados, son aquellas personas por las que han conocido la romería y han entrado a formar parte de la hermandad.
El nombre es algo complejo. Debe ser decisión del bautizado y la condición es que sean de algún momento, vivencia o lugar relacionado con el Camino de El Rocío de Cádiz, por el Coto de Doñana.
Ayer más de una decena de hermanos fueron bautizados por el hermano mayor. El nuevo peregrino se arrodilla ante el simpecado, al igual que sus padrinos. Manuel Montaño derramó vino fino y la mayordoma, María del Mar Chouza, puso la sal en la cabeza. El líquido, con la sal, caen sobre un plato y lo que sobra deben bebérselo los tres.
Nombres variopintos
Y los nombres elegidos de lo más variopintos: Rocío del Alba, Rocío Alegría de Doñana, Juan Carlos Sopetón, por la Laguna del Sopetón, donde se realiza la parada para comer la jornada del miércoles; Antonio de los pinos, por los numerosas especies de este árbol que están plantados en el Parque Natural; Marismilla de la mañana, por la zona donde se acampa la primera noche de romería. Mil y un nombre que guardan un recuerdo especial de El Rocío.