Retórica política
Ser un buen orador, hábil con las palabras es una virtud. Utilizar la retórica para negar la evidencia es indecente. Y lo es porque al hablar así se deslizan medias verdades o incluso mentiras. Ayer mismo, en la comisión de Hacienda del Congreso, el ministro Solbes, el Papá Noel de la economía (le quedaría bien el traje rojo en Navidad) hablaba de «ciclo bajista». En su diccionario no existe la palabra «recesión» y por supuesto tampoco la palabra «crisis». Le decía Montoro, del PP, que él sí llama «al pan, pan y al vino, vino». Pues se ve que no, que los buenos políticos en materia económica no tienen que hablar claro, no vaya a ser que la gente les entienda. Pero los ciudadanos no necesitan entender a Solbes cuando abunda en datos macroeconómicos, del Productor Interior Bruto o de tasas de crecimiento. La economía doméstica es más sencilla y se palpa a diario con lo que cuesta la cesta de la compra o con lo que se paga con la hipoteca. Según los expertos la economía es cíclica y es evidente que ahora vivimos un momento delicado. Pues que se deje Solbes de tanta retórica barata y diga las cosas como son, sin paños calientes.
Actualizado:Otro que tal baila es Bermejo. También ayer, el Ministro de Justicia se despachaba en el Congreso para decir que en la Justicia no hay caos ni colapso, sino un «retraso endémico». Qué quiere decir, ¿que la Administración de Justicia tiene una enfermedad permanente? El simpático Bermejo respondía a un informe del Consejo General del Poder Judicial que recoge dos datos estremecedores: 270 mil sentencias penales sin aplicar y 400 mil sentencias paralizadas. El ministro matizó esta última cifra y dijo que no estaban paralizadas sino «en ejecución», y que es normal que una sentencia tarde años en ejecutarse. ¿Ah, sí? Pues, perdone Bermejo pero a mí no me parece normal. La Justicia necesita urgentemente una reforma estructural profunda, necesita modernizarse y más recursos humanos y materiales. A ver qué hace el Ministro. Por ahora, tanto él como Solbes, utilizan con más o menos acierto la retórica para dibujar la realidad que les interesa.