juan del río martín obispo de la diócesis de asidonia-jerez

«Del Rocío quitaría la comercialización, la superficialidad y cierto consumismo»

El prelado jerezano, gran defensor de la Romería, entiende sin embargo que la cita necesita de una mayor «fe» y «devoción» a la Santísima Virgen del Rocío

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El obispo de Jerez, Juan del Río, ofició ayer la misa de Marismilla para las hermandades de Jerez y El Puerto. El prelado sabe bien de lo que habla cuando se refiere a El Rocío, una romería y devoción que conoce de cerca casi desde que nació.

– ¿Responden los rocieros jerezanos a la demanda diaria de la diócesis respecto a la fe, la esperanza y la caridad?

– Tendríamos que decir que hay verdaderos rocieros en los que la devoción a la Virgen nace de un convencimiento y de unas vivencias del misterio cristiano; es decir, son aquellos que yo llamo cristianos rocieros. Puede haber otro segundo grupo, muchas veces por desconocimiento o falta de formación cristiana, que acentúa mucho lo del rociero y olvida lo que es ser cristiano. Por ultimo, hay un grupo de personas que se han quedado en el colorido de la Romería y han olvidado lo esencial, que es la Santísima Virgen del Rocío.

– ¿Qué opinión le merece esta manifestación popular de la Romería Mariológica más importante?

– Mi opinión es tremendamente favorable. Creo que, en un tiempo de secularización como el que estamos viviendo, la Romería del Rocío está extendida geográficamente por toda España, fundamentalmente en Andalucía, y con presencia también de devotos de otros paises. Es una ocasión para la evangelización, para que en medio de tanta sequedad que nos viene del secularismo ambiental las personas se puedan encontrar con Dios a través de su Santísima Madre la Virgen del Rocío. Y con ello ser más humano y recuperar el vigor de la fe cristiana. De ahí que todo eso pase por la recuperación de la confesión y la comunión a los pies de la Blanca Paloma. Todo buen rociero al final de una peregrinación termina confesando sus pecados para que su plegaria brote de un corazón limpio.

– Se le ha escuchado en varias ocasiones decir que en las letras de las sevillanas se habla de los parajes del Coto, de las fiestas... ¿Le gusta más que canten a la Virgen que a lo que le rodea?

– Creo que tenemos que recuperar lo genuino del Rocío, y lo genuino se tiene que manifestar también en el cante, y por lo tanto en las letras de las sevillanas. Es verdad que la naturaleza nos lleva al Creador, y en una naturaleza tan bella, tan hermosa como es la del Camino surgen canciones que expresan el colorido que hay en todo el Camino del Rocío. Pero no nos podemos quedar en el culto a la madre naturaleza, sino que las letras de las sevillanas deberían reflejar mejor el culto a la Madre de Dios y a la Madre Nuestra, que es la Santísima Virgen del Rocío. Yo pondría muchos ejemplos de sevillanas que son auténticas catequesis y verdadera síntesis de la fe cristiana. Me parece que hoy hay mucho colorido y poco contenido.

– Con frecuencia da la impresión de que la Romería del Rocío se ha convertido en un encuentro social y festivo.

– El Rocío es encuentro y presencia. Es un encuentro sociológico donde, al igual que en el Pentecostés primitivo, había partos, medos, helemitas, árabes, cretenses... gente de todas las partes del mundo entonces conocido. También en la Romería del Rocío se concentran católicos practicantes, personas menos practicantes, gente que ha perdido más o menos la fe o se sienten alejados de los sentimientos cristianos. Pero, sin embargo, hay una presencia en medio de ese acontecimiento y la presencia de María como esposa del Espíritu Santo y madre de la Iglesia que el lunes de Pentecostés, con esa presencia salvadora que refleja su bellísimo rostro, piensa si no puede cambiar muchos corazones que vinieron al Rocío por curiosidad y vuelven siendo personas nuevas. Dejemos que la Gracia actúe.

– ¿Qué le aconsejaría a los romeros que hacen el camino con las hermandades de nuestra Diócesis?

– Yo le aconsejaría a todos los romeros que en estos días están haciendo el camino, en primer lugar, que se trata de una peregrinación cristiana. En segundo, que esa peregrinación tiene una meta, que es rezar ante la Virgen del Rocío. Tercero, que el camino no es un fin en sí mismo, sino un medio que nos va preparando interiormente para que nuestra plegaria ante la Virgen sea una plegaria que nazca de un corazón convertido. Por eso recomiendo que la Misa, el Ángelus, el canto de la Salve y todos los actos de piedad cristiana que se celebren durante el camino sean ante todo actos de culto y de veneración a Dios y a su Santísima Madre, y que surjan siempre de un corazón convencido de que Dios nos ha dado a Jesucristo y que Dios nos sostiene por su Espíritu Santo. Y que tenemos un modelo para llegar a Dios, que es su Santísima Madre María, que es el camino más corto para llegar a Jesucristo nuestro redentor.

– Es partidario de la fe popular. ¿Qué entiende por la misma?

– La fe popular se puede titular también catolicismo popular, religiosidad popular. Es, digamos, esa expresión primaria y originaria del ser humano ante el misterio. Todavía no está caldeada la mente de los grandes principios de hostilidades. Quizás el corazón desconozca todavía muchos de los preceptos o no se practican los preceptos de la fe cristiana, pero, sin embargo, en este catolicismo popular, andaluz y rociero se dan los elementos esenciales de la fe cristiana, que son que Dios nos ha creado, nos ha hecho libres, nos ha hecho hijos suyos, que nos ha redimido por su hijo Jesucristo y nos ha dado el Espíritu Santo, que es el que santifica y el que hace que la Iglesia sea el nuevo Pueblo de Dios. Y en medio de este Pueblo tenemos la figura de la Santísima Virgen María como madre de Dios y madre nuestra. Esto es la síntesis que tienen tantas personas que a través de la religiosidad popular viven los momentos existenciales como es el nacimiento, las bodas, la enfermedad, la alegría, la tristeza o la misma muerte con un sentido transcendente y con un sentido de esperanza. Por eso la religiosidad popular siempre es un camino que puede llevar a un cristianismo mucho más adulto y mucho más comprometido.

– ¿Qué añadiría y qué quitaría a la Romería?

– Yo lo que le quitaría a la Romería del Rocío es la comercialización que muchas veces se está haciendo, la superficialidad que hay en muchos cantos que ya no hacen referencia ni a la Virgen ni a los valores propios de la Romería. Y también quitaría cierto consumismo que se sigue y se pueda dar. Le añadiría mucho mayor fe, mucha mayor devoción a la Santísima Virgen y, cómo no, una mayor rectitud de costumbre durante todo el año. El Rocío es una fecha, pero el buen rociero hace de todo el año un camino, un camino lleno de referencias a Dios. El buen rociero no tiene camino de vuelta porque su camino de vuelta es una preparación para volver a beber de la fuente que mana de la Virgen del Rocío.

– ¿Cómo está implicada la Hermandad en la nueva parroquia del Rocío de la barriada del mismo nombre?

–Yo desde aquí quiero dar las gracias tanto al antiguo hermano mayor, Francisco Gómez, como también al nuevo hermano mayor, Felipe Morenés, porque los dos han estado en auténtica sintonía para que Jerez tenga una nueva parroquia que lleve el título de Nuestra Señora del Rocío, y que esa parroquia esté en una barriada tan necesitada como en la que se va a ubicar. Desde aquí quiero darle las gracias a todos los rocieros para ver si entre todos podemos levantar pronto esa parroquia.

– ¿Qué le parecieron los actos del 75 aniversario?

– Estuvieron muy bien preparados. Creo que ha sido un revulsivo grande para la Hermandad de Jerez la celebración del 75 aniversario y pido al Señor y a la Santísima Virgen que sigan bendiciendo a todos los rocieros de nuestra ciudad de Jerez y, como no, también a todos los jerezanos y jerezanas que de alguna manera imploran a la Virgen como Madre y Señora Nuestra.