El alcalde que otorgó la distinción al dictador

erónimo Almagro y Montes de Oca fue el alcalde que otorgó la Medalla de Oro a Franco en una época en la que la concesión de distinciones al dictador era una acción indispensable para no señalarse en el régimen. El alcalde, que estuvo respaldado por todos los concejales, adoptó el acuerdo en 1975. Entre aquella corporación figuraban nombres como Vicente del Moral, Evelio de Ingunza -padre del actual edil popular-, Rafael Gómez, Emilio Beltrami, Ricardo de la Fuente, Enrique Laínez, Manuel Marrero, Sinforos Barrigá, Servando Álvarez, Manuel de Diego, Antonio Acebedo, Juan Gómez, Pedro Capote, Rafael Parodi, María Soledad Pascual, Gabriel Sánchez, Antonio Cortés, José María Gutiérrez, Rafael Cisneros, Rafael Carreiro, Santiago Fernández Repeto o Francisco Alarcón. Los ediles no pertenecían necesariamente a Falange y eran elegidos en tres «tercios»: familia, municipio y sindicatos. Por el contrario, el alcalde sí era nombrado por el ministro de Gobernación y solía ser afín a la Dictadura. En el caso de Jerónimo Almagro, pertenecía al núcleo duro del movimiento falangista y fue el número dos de José León de Carranza durante años. En 1976 se sometió a la votación de los ediles para volver a ser alcalde, pero se produjo un empate y él se abstuvo en su voto. Esta decisión le impidió renovar su cargo, que ocupó Emilio Beltrami. Se presentó a las elecciones democráticas como cabeza de lista de Falange, pero ganó el socialista Carlos Díaz. Su lema, «Sí cuando es sí, no cuando es no», fue objeto de una conocida broma en la ciudad: «Sí cuando son de Sanlúcar, no cuando son congelados», en alusión a la afición a los langostinos del alcalde y su habilidad para pelarlos con una mano, ya que era manco. Más allá de las bromas y del tiempo que le tocó vivir, Almagro se ganó el respeto por su coherencia hacia su ideología hasta el final.