Antonia Castro deja la huelga de hambre por consejo médico
La retomará si en unos días Campsa Red no cumple su palabra de indemnizar a la familia Ayer por la mañana tuvo que ser evacuada en ambulancia por una fuerte subida de tensión
Actualizado:Antonia Castro abandonó ayer la huelga de hambre que mantenía desde el pasado jueves, Día del Trabajador, en la gasolinera donde hace doce años y medio asesinaron a su hijo, Juan Holgado, para exigir a Campsa Red que asuma el pago de una indemnización por el suceso. Fueron dos los motivos que le empujaron a adoptar esa decisión: por un lado, la receptividad de la petrolera a atender su demanda y, por el otro, un tajante consejo médico.
Y es que ayer, nada más comenzar el sexto día de huelga, Antonia empezó a sentirse mal. Fue al despertarse después una larga e incómoda noche durmiendo en el interior de la furgoneta que para tal fin le cedía un matrimonio amigo de la familia. Comenzó a sentir mareos cada vez más fuertes que no la permitían ni tan siquiera mantenerse en pie. Llamaron de inmediato a una ambulancia, que llegó a los pocos minutos para estabilizarla y realizarle un examen médico, que detectó que había sufrido una subida de la presión arterial y una bajada de los niveles de glucosa.
Pero la madre de Juan Holgado no quiso entonces abandonar la gasolinera de Martín Ferrador. Permaneció para seguir con la protesta y atender a los medios de comunicación.
Estuvo, así, varias horas sentada en una silla de playa y al cobijo de unas sombrillas, sin parar de atender a la prensa y a las numerosas personas que se acercaban para mostrarle su apoyo.
Sobre la una de la tarde recibió la llamada de un médico, quien, tras analizar los resultados de los exámenes que la habían realizado por la mañana, la aconsejó abandonar urgentemente la huelga de hambre porque su vida corría serio peligro. Antonia aceptó, después de confirmar el compromiso de la petrolera, y comenzó a recoger los enseres junto a su hija María del Mar y el matrimonio que la ha acompañado todos estos días.
Pero la jerezana de 61 años no descarta ni mucho menos retomar su protesta si, finalmente, Campsa Red no cumple en breve su promesa de indemnizar a la familia, y hacerlo además incluyendo las condiciones que ella considera innegociables. Éstas pasan por excluir a sus hijos de las obligaciones que aparecían en el borrador inicial del acuerdo. Sólo entonces aceptará, cobrará y se dedicará exclusivamente a reclamar justicia por el asesinato de su hijo.