A base de agua y bebida isotónica
Los días son largos para Antonia Castro desde que decidió iniciar una huelga de hambre el pasado jueves. Los pasa sentada en una silla de playa y a la sombra de un par de sombrillas que ha plantado junto a unas de las paredes de la tienda de la gasolinera de Martín Ferrador. Se mantiene de momento a base de agua mineral y bebida isotónica. Y apenas duerme. Como mucho consigue conciliar a duras unas pocas horas de sueño dentro de una furgoneta de un amigo de la familia que, al igual que su hija, la acompaña en todo momento.
Actualizado:También recibe las visitas de su hijo Paco y de diferentes sobrinos que le hacen algo más llevadero su plante. Representantes de algunos colectivos vecinales de la ciudad y del Partido Popular la visitan igualmente con regularidad para mostrarle su apoyo.
Asegura encontrarse bien, a pesar de que no ha probado bocado desde el jueves. Ni siquiera ha podido tomar glucosa -como suele recomendarse en estos casos- porque no se lo permite una medicación que toma para sus problemas cardíacos. De momento sólo se ha notado el cuerpo algo destemplado en momentos puntuales, «sobre todo por la mañana, cuando me levanto».
Unos facultativos ya le tomaron la tensión el domingo y tenían previsto volver a hacerlo en las próximas horas.