«¿A quién despides cuando tus empleados son tu propia familia?»
Las ventas de las empresas dedicadas a los materiales de la construcción bajan un 25%
Actualizado: GuardarUn muro levantado a la ligera se desmoronará en el momento en que se le quite uno de los ladrillos de la base. La sensación de efecto dominó que está dejando la actual crisis inmobiliaria puede llevar a pensar algo parecido. Las empresas constructoras pasan apuros y en la provincia de Cádiz se ha desbocado el número de empresas (la inmensa mayoría relacionadas con el ladrillo) que han declarado su insolvencia y han acudido a un concurso de acreedores (fórmula actual de las suspensiones de pagos o quiebras).
También parece que lo peor acaba de empezar, según constata Juan Caballero, responsable de Coprocon, la asociación provincial de empresas dedicadas a la distribución de materiales de la construcción. En un sector que aglutina a más de 250 establecimientos y a más de 2.400 trabajadores, el frenazo económico empieza a hacer mella. Bastante mella.
No en vano, las ventas se han reducido en un 25% durante los últimos meses. Algo que sonaría más o menos razonable, atendiendo a la situación de estancamiento generalizado, pero que levanta la preocupación de los afectados en el momento en que se compara con la media andaluza de descenso: el 15%.
Eso supone que, según Caballero, ya se haya perdido un 10% del empleo en el sector y que las previsiones sean más dramáticas todavía. «Por lo general, las empresas que nos dedicamos a esto somos de corte familiar, con lo que si echas a un empleado, estás echando a tu hijo, a tu hermano a tu sobrino», señala el portavoz de Coprocon. «Es muy fácil hablar de pérdida de puestos de trabajo, pero cuando una empresa es familiar, el dueño se encuentra con que no puede despedir a su propia sangre», añade Juan Caballero.
Del mismo modo, la asociación incluye a establecimientos proveedores, «con lo que estamos hablando de la mano de obra más delicada que existe, es decir, la de jóvenes y mujeres», advierte el empresario.
La posible solución que lanzan desde Coprocon va en la avanzada por la propia Confederación de Empresarios de Cádiz. En concreto, pasa por una aceleración efectiva del proceso de reindustrialización y por un impulso «verdadero» a las infraestructuras de Cádiz.
En caso contrario, el panorama se presenta muy negro. Caballero incide en una realidad algo paradójica. Las empresas que se han limitado a negociar con las grandes compañías de la construcción son las que ahora presentan más problemas, ya que las deudas se les acumulan porque fiaron un buen pellizco de sus negocios al pago de una sola factura. «En cambio, las que diversificaron sus ventas todavía respiran un poco mejor», señalan en el sector. La clave está en ese «todavía».