La hora de la verdad

Se acabaron las excusas. Los presupuestos municipales de 2008 ya están sobre la mesa, enmendados incluso, y los 155 millones de euros que tienen ya se han repartido. Como dice el alcalde de Chiclana, Ernesto Marín, «ha llegado la hora de tomar decisiones valientes y de trabajar para convertir Chiclana en la ciudad más importante de la provincia». Por el camino habrá varias piedras que sortear en forma de proyectos estancados, heredados de la anterior legislatura, cuya finalización se antoja fundamental.

Se trata de actuaciones que suponen un montante cercano a los 80 millones de euros, que abarcan áreas vitales como las infraestructuras, el comercio, el tráfico o los servicios, y que deben convertir al municipio en una ciudad moderna. La Ronda Oeste, el centro comercial de La Longuera, el nuevo mercado de abastos o la ampliación del Ayuntamiento son algunas tareas que el cuatripartito debe impulsar en los próximos meses.

Esta particular hora de la verdad llega cuando está a punto de cumplirse un año desde la llegada al poder de la coalición PP, IU, PA y PSA. Durante este tiempo no ha habido grandes fisuras en una unión ideológica compleja que anunció que «traería la libertad y la democracia a Chiclana».

Sin embargo, en el último año ha habido de todo menos diálogo. Los ataques entre Gobierno y oposición han sido constantes. El partido más votado, el PSOE (con 11 de los 25 concejales de la Corporación), asumió su nuevo papel de manera poco constructiva. A finales de 2007 cambiaba de rumbo, y de manos de su portavoz, José María Román, adoptaba una estrategia distinta, presentando alternativas, proponiendo proyectos y pidiendo «al Ejecutivo local, que es quien tiene la responsabilidad, que trabaje y reactive la economía de la localidad».

Por su parte, el cuatripartito ha ido superando días y quemando etapas. En su haber está el haber diseñado una forma diferente de trabajar, con un reparto real de las delegaciones. Pero en el debe siguen pesando mucho la inexperiencia de la mayoría de sus miembros y la excesiva dependencia del personal de confianza como los técnicos.

Su programa de gobierno ya ha dicho no al actual trazado del tranvía y la Junta lo ha licitado sólo hasta la entrada a Chiclana. Además, se eternizan los retrasos del nuevo mercado de abastos, lo que ha provocado las críticas de los comerciantes y los detallistas. También se demora la puesta en funcionamiento de la casa juvenil en la Box y se achaca a la empresa Dragados la paralización de las obras de ampliación del Consistorio.

En tres temas vitales para la ciudad como la Ronda Oeste, La Longuera o Sancti Petri, tampoco ha habido avances en un año, y el cuatripartito busca otros culpables. Así lo expresó el edil de Urbanismo, José Pedro Butrón, quien señaló «a la Junta y otras administraciones, que siguen castigando a Chiclana».

Precisamente, el propio Butrón ha sido protagonista en el último año por haber mirado más hacia atrás que hacia delante, haciendo referencia a diario a la «nefasta herencia socialista» y promoviendo hasta tres auditorías. Con un proceso de regularización de viviendas en ciernes; la crisis económica que padece la ciudad, la cual presenta cifras de paro más propias de los 80, con casi 6.000 parados y un crecimiento del desempleo superior a la media provincial, el presente reclama atención urgente.

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