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ARTE. Rafael Lorente rodeado de reconocidos artistas del flamenco. / CEDIDA
HISTORIA DE... BAILE EN LA FERIA

¿Sevillanas o bulerías de Jerez?

(A los miembros de la Cátedra de Flamencología D. Manuel Ríos Ruiz y D. Juan de la Plata)

POR RAFAEL LORENTE
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No cabe duda que las sevillanas han llegado adonde han llegado, porque los sevillanos se han encargado de difundirlas, de promocionarlas, de defenderlas. Pero sobre todo, de cantarlas y bailarlas hasta la saciedad, convirtiéndolas en la seña de identidad de los sevillanos y en el folklore bailable más popular de España y uno de los más conocidos del mundo.

La historia de su expansión es reciente, poco más de medio siglo, siendo los artífices de su popularidad las cadenas radiofónicas sevillanas de los años 50-60, las que con sus concursos de sevillanas lograron una increíble audiencia de adeptos, creando una pléyade de grupos que las cantaban, parejas y solistas cantantes, y con ello una enorme cantidad de aficionados y seguidores.

Los años de desarrollo técnico influyeron en el boom de la industria discográfica, cuyos sellos proliferaron como hongos en el mercado, creciendo la demanda de intérpretes y con ello de autores, letristas, compositores y músicos que hallaron en las sevillanas un auténtico filón por sus ventas y los derechos de autor.

Aunque en aquellos años, para Sevilla valía todo lo que sonara a sevillana, el tiempo produjo el filtro lógico y fue quedando sólo lo que por su calidad musical y literaria merecía realmente la pena, vendiendo Sevilla su producto como si fueran rosquillas y fue primero Andalucía y después España entera, sus más serviles compradores. Como era lógico Jerez no se quedó a la zaga, consumiendo a dos carrillos dicha sevillanería.

No obstante, durante estas cinco o seis décadas se ha ido escribiendo una historia que, aunque tímida, redacta con nitidez que Jerez tiene su personalidad y no le han gustado las imposiciones y, aunque ha estado «flirteando» con Sevilla, Jerez nunca se enganchó del todo al carro de las sevillanas. Las hemos cantado, las hemos bailado, incluso las hemos cogido como música de fondo para publi-reportajes y acontecimientos ecuestres, pero Jerez, sus músicos y autores (que haberlos haylos y buenos) no han apostado por las sevillanas, salvo algunos con incursiones esporádicas. Digamos que Jerez, precavido con la capital hispalense, por ser también la de toda Andalucía, no le ha negado el gusto por las sevillanas, pero no se ha rendido en sus brazos como lo han hecho el resto de los pueblos y capitales andaluzas.

¿Y todo esto debido a qué? Pues porque Jerez se sabe enduendado por la bulería. Palo del flamenco por el que siempre se ha identificado a nuestra ciudad y del que Jerez puede hacer gala y estar orgulloso, porque en todos los aspectos es superior a las sevillanas. Superior literariamente, ya que sus coplas, por lo general tercetos y cuartetos octosílabos asonantados o consonantados albergan en sus textos un mensaje intemporal de amor y desamor, de hambre, de sed de justicia, de persecución, religión y un sinnúmero de pasiones comunes al ser humano. Superior si a ello sumamos la enorme variedad de músicas y melodías que sus creadores pusieron a dichas estrofas. Superior por su dicción e interpretación rítmica, encontrándonos con la riqueza de un acervo que nada tiene que ver con las sevillanas y que los jerezanos conocen y saben de su autóctona e impar importancia.

Quizá, debido a ello, por estar acostumbrado a tenerla y a escucharla constantemente «en casa», el jerezano no le ha dado la importancia que tiene y sin darnos cuenta se han pasado los años diluida entre nuestros gustos y, en un símil con nuestros vinos, sin saber ponerla en valor y venderla. Oportunidad que han sabido aprovechar otras ciudades y poblaciones y que nosotros como malos amantes hemos descuidado dejándolas al pairo, a merced de los tiempos y los depredadores. Menos mal que en el año 1967 los miembros de la Cátedra de Flamencología D. Manuel Ríos Ruiz y D. Juan de la Plata tuvieron la feliz idea de organizar la I Fiesta de la Bulería, evento mediante el cual la bulería recobra mayor protagonismo en Jerez. Antes, durante la celebración de la Fiesta de la Vendimia y ahora, siendo incluida por el Área de Fiestas del Exmo. Ayuntamiento de Jerez dentro de la programación de las Fiestas de Otoño. Acontecimiento de gran poder de convocatoria que sin duda ha ido ganando con los años más simpatizantes y adeptos, influyendo en su divulgación.Aunque en nuestra Feria del Caballo no goce todavía de la presencia que debe, de una década a esta fecha, la bulería viene ocupando mejores y mayores espacios, representando cada vez más a Jerez y nuestra feria. Hay que felicitar por tanto a las asociaciones, peñas, hermandades y clubes de amigos por la inclusión de las bulerías en sus casetas durante los días de Feria. Antes había que esperar a altas horas de la noche para escucharlas; ahora, los grupos flamencos o artistas solistas que las interpretan hacen un pase cada vez más temprano, conscientes del gusto que en Jerez se tiene por la bulería y de que las señoras e hijas de los socios salen a darse su vueltecita, que para algo han estado todo el año en sus respectivas academias perfeccionando los pasos, y tratando de dominar cada vez más el compás. Esperemos que este año la bulería de Jerez tenga mayor presencia en nuestra feria y no haya ni una sola caseta en la que, durante algún momento del día no se cante y baile este palo. Pues, debido a su gran atractivo rítmico y musical y variedad de pasos de baile, produce verdaderos colapsos en las casetas, acaparando la atención de los presentes que prácticamente lo dejan todo para asomarse al «tálamo» y presenciar la riqueza subyugadora de ese cante y baile tan nuestro que se llama La Bulería de Jerez. Por eso cuando me preguntan: ¿Sevillanas o bulerías? Sin dudarlo respondo: Bulerías de Jerez.