EL 'GUIRI'

«La Feria te sale por un ojo, pero merece la pena» Junior le reconoce a su hermano en Austin que la experiencia le está haciendo recapacitar. Y también le habla de los precios en el Real

Te puede parecer un contrasentido, pero conocer la Feria como lo estoy haciendo me está haciendo recapacitar y plantearme muchas cosas. No sé, hermano, pero aquí se vive de manera diferente. Y no es porque se esté de fiesta todo el día, no. Se nota que la gente tiene una forma de plantearse la vida muy especial. Resulta difícil de explicar, pero la cuestión es que ando dándole vueltas a la cabeza con lo que quiero hacer a partir de ahora y tener claras de una vez por todas cuáles son mis prioridades. Y ya sólo por eso doy por bueno haber conocido la Feria. Sigo en ello, así que no te preocupes, que cuando haya puesto en orden mis ideas te lo diré.

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Pero vale ya de ponerme tracendental. Te sigo contando cosas de mis experiencias feriantes. No creas que hay mucho nuevo que explicar. Todos los días solemos hacer lo mismo. Comemos y bebemos en exceso, es verdad, pero controlando. El buen rollo está siempre presente y he conseguido integrarme plenamente en un grupo de gente encantadora. Me siento como uno más, como si los conociese de toda a vida. Y sí, Cristina incluida, mamoncente, que parece que esté viendo la cara que pones. Y por mucho que insistas en tus correos electrónicos, me acojo al derecho a salvaguardar mi intimidad y no voy a contarte nada más al respecto.... de momento. Quizá mañana, ya veré. Dependiendo del ánimo con el que me levante.

Te decía que los días son muy parecidos, pero diferentes a la vez. ¿Recuerdas cuando el otro día te hablé del rebujito, esa mezcla de vino fino con Sprite? Pues uno acaba cogiéndole el gusto y como que ya no bebo casi otra cosa. Es que, como te dije, entra muy bien, está fresquito y no te sube tanto como, por ejemplo, el vino solo.

Lo que tienes que probar es lo que aquí llaman serranito. Es como un minibocadillo con un filetito de cerdo, jamón serrano -de ahí el nombre, supongo- y pimimiento frito. Sé lo que estás pensando, pero puedes creerme, está delicioso. Como la tortilla de patatas. Y el gazpacho, que ya sabes lo que es. ¿Qué rico lo ponen aquí! Ahora me estoy dando cuenta de lo mal que se come ahí en Texas, hermano. Bueno, mal tampoco, pero nada que ver con esto. Y no veas cómo me estoy poniendo de jamón y de pimientos fritos. Raro es que entremos en una caseta y no pidamos unos platos.

Eso sí, la Feria te sale por un ojo de la cara. No quiero ni imaginar lo que llevo gastado en estos días. Cuando haga números me va a dar algo, seguro. Para que te hagas una idea, una jarra de rebujito cuesta alrededor de 9 euros -y parece que vuelan-; un vaso de fino, 1,50; un whisky con refresco, 5; un plato de pimientos, 5; un plato de jamón, 15... Haz tú mismo las cuentas de por lo que te sale la broma. Pero no importa. Merece la pena.

Bueno, es momento de ir dejándote. He vuelto a quedar con mis nuevos amigos para comer en la Feria. Ya queda poco para que acabe y hay que aprovechar, aunque lo cierto es que aquí nunca faltan excusas para pasárselo bien. Esta noche creo que también iremos, porque vienen familiares de uno de ellos de Madrid y, claro, hay que ejercer de anfitriones.

Mañana te sigo contando.

Un abrazo.