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CURIOSOS. Una mujer toma fotos de la casa en la que ocurrieron los hechos. / AP
MUNDO

El monstruo austriaco amenazó a sus hijos con gasearlos si intentaban huir

Su primogénita, esclava durante más de dos décadas, afirma que comenzó a sufrir abusos cuando cumplió once años y descarta que su madre supiera algo

ENRIQUE MÜLLER
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La historia de terror que vive la pequeña ciudad austriaca de Amstetten desde el domingo pasado parece no tener fin y cada día se conocen nuevos antecedentes de la personalidad de Josef Fritzl, el hombre que encerró y convirtió en esclava sexual a su hija Elisabeth durante veinticuatro años. La más reciente revelación fue dada a conocer ayer por Helmut Grainer, portavoz de la policía federal criminal del país centroeuropeo, quien reveló que el 'monstruo de Amstetten' habría asegurado a su primogénita y a los hijos-nieto que le había engendrado que les mataría con gas venenoso si algo le ocurría a él.

«Es posible que haya sido una simple amenaza sin contenido para intimidar a su hija y a los niños», dijo el funcionario. «Estamos verificando si realmente podía introducirse gas en el sótano», añadió. Según fuentes de la policía local, Fritzl dijo en sus primeras declaraciones que tenía previsto matar de esa manera a sus rehenes en caso de que estos intentaran escapar o hacerle daño.

Los expertos, que ayer trabajaron durante toda la jornada mientras decenas de curiosos y periodistas observaban en silencio la casa del terror ubicada en la calle Ybbstrasse, no lejos del centro de la pequeña ciudad, también intentaron determinar si el dispositivo electrónico de la pesada puerta de hormigón de la cárcel estaba programado para abrirse al cabo de cierto tiempo, como también afirmó el criminal confeso.

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Mientras los expertos intentan descifrar los misterios del sótano de la vivienda, el secreto del sumario sufrió una primera y breve violación cuando un agente anónimo reveló a la edición electrónica de la revista 'Der Spiegel' detalles de la declaración que hizo la hija, Elisabeth Fritzl, el sábado pasado. «No sé por qué mi padre me escogió a mí. Desde que tenía 11 años siempre abusó de mí, en la casa, en el sótano y en el auto». Según la mujer, ya con 42 años, su madre nunca supo de su martirio y, aparentemente, su carácter sumiso hizo posible que Josef Fritzl pudiera llevar a cabo sus andanzas.

Este aspecto de la personalidad de la esposa del 'monstruo de Amstetten' fue confirmado por su hermana Christine R., quien declaró al periódico 'Österreich' que su cuñado había tiranizado a su mujer durante más de cincuenta años. «Josef era un déspota y sometió a mi hermana y a mis sobrinos», dijo la mujer. Él siempre hacia chistes sobre su vida sexual en el matrimonio. Todos sabían que ya no tenían relaciones».

Cada mañana

Pero nadie pudo imaginar que Fritzl satisfacía sus ímpetus sexuales con su hija Elisabeth. «Bajaba todas las mañanas a las nueve al sótano, supuestamente para dibujar unos planos de unas maquinas que quería vender. A veces pasaba la noche allí y Rosi (la esposa) no podía llevarle ni siquiera una taza de café. Ahora sabemos por qué», aseguró la cuñada al periódico.

Mientras expertos de la policía criminal federal investigan el sótano de la Ybbstrasse, las autoridades de la clínica, donde se encuentran Elisabeth y sus cinco hijos, pidieron ayuda ayer a las autoridades de Amstetten para impedir que los paparazzis y equipos de televisión siguieran acosando al personal sanitario. «Tenemos muchos problemas con los fotógrafos. Están por todas partes, incluso se han subido a los árboles», señaló el portavoz del centro, Klaus Schwertener, al justificar la presencia de agentes en los alrededores. «Nuestra principal prioridad es proteger a la familia para que no la molesten y puedan empezar una nueva vida», añadió.

El miércoles pasado las autoridades locales señalaron que las ruedas de prensa quedaban suspendidas y, junto con pedir a los reporteros que dejaran a las víctimas en paz, señalaron que en ningún caso aparecerían en público.