El hallazgo de un acta policial revela que Fritzl fue detenido en 1967 por violar a una mujer

El calabozo, donde el 'carcelero de Amstetten' Josef Fritzl encerró a su hija Elisabeth durante 24 años ha centrado hoy las investigaciones de la policía austríaca, mientras ha aparecido un acta policial que demuestra que el acusado ya había cometido en el pasado otros varios delitos sexuales.

El jefe de la investigación, Franz Polzer, ha indicado que al zulo se accedía sólo a través de dos puertas de acero, con un mecanismo electrónico para su apertura y cierre a distancia, asegurado con un código secreto que sólo Fritzl conocía.

Según ha explicado el funcionario, el trabajo de los policías se complica ante la falta de espacio y oxígeno en el calabozo, lo que obliga a los peritos a interrumpir su trabajo con frecuencia para tomar aire. Para evitar que los agentes dejen huellas de ADN en el lugar, deben trabajar siempre con máscaras, ha asegurado Polzer ante la prensa y ha agregado que las pesquisas en el lugar durarán varias semanas más.

La policía está tratando de entender cómo funcionaba toda la infraestructura subterránea instalada por Fritzl a lo largo de los años debajo de su casa. "En el calabozo hay muchos caños, que desaparecen en las paredes. Todo está muy bien aislado con espuma industrial", ha dicho Polzer.

Por otra parte, el jefe de la investigación ha asegurado que sus agentes han "completado la imagen de la familia", que revela que el acusado "no sólo es una persona autoritaria sino un verdadero tirano, que no permite preguntas". Para la familia "era un tabú saber por dónde se movía. Y el sótano de la casa era un tabú especial".

Detenido por violación en 1967

Mientras, una de las grandes incógnitas del caso parece haberse aclarado, con el hallazgo de un acta policial que revelaría que Fritzl fue detenido en 1967 por violar a una mujer.

El diario local regional OÖN, que ha encontrado el documento en el Informe Anual de la Policía de Linz, la capital del estado de Alta Austria , indica que la detención se produjo cuando Fritzl ya estaba registrado por otro intento de violación y un delito de exhibicionismo.

Desde hace días las autoridades del estado de Baja Austria , donde se encuentra la pequeña ciudad de Amstetten, aseguraban no saber nada de posibles delitos penales pasados de Fritzl.

El delito ha prescrito y ha sido borrado automáticamente de los archivos, tal y como está previsto por la ley, pero el acta se encontraba en el Archivo Regional de Alta Austria. Allí se guardan normalmente los documentos del Tribunal Regional, que quedan abiertos para su acceso público por un plazo de 50 años.

Riesgo de linchamiento en la cárcel

Hoy también se ha conocido que Fritzl ha sido aislado en el Centro Penitenciario de Sankt Pölten ante el riesgo de que otros presos lo linchen. Así lo ha explicado el director de la cárcel, Günter Mörwald, donde Fritzl, de 73 años se encuentra en prisión preventiva, en una entrevista al diario gratuito austríaco Heute.

En Austria, al igual que en muchos otros países, entre los presos de las cárceles rigen códigos propios, que establecen jerarquías para los delincuentes y criminales, según explica Mörwald. Así, los asesinos y violadores de menores son vistos como lo peor en uno de los más afianzados códigos de honor, por lo que los detenidos por delitos sexuales contra menores suelen sufrir ataques extremos, que van hasta el linchamiento, por parte de otros presos.

A diferencia del código de los presos, para quienes la violación de menores es uno de los delitos más graves, la ley en Austria prevé penas relativamente moderadas en estos casos. Y es que si no hay suficientes pruebas para condenar a Fritzl a cadena perpetua por "homicidio por denegación de auxilio", por la muerte de uno de los bebés nacidos en cautiverio como fruto del incesto con su hija Elisabeth, la pena de cárcel de Fritzl sería sólo de 15 años.

Teóricamente podría incluso conseguir salir de la cárcel bajo libertad condicional tras 7 años y medio. Durante el casi cuarto de siglo que estuvo recluida en un zulo subterráneo, Elisabeth Fritzl, de hoy 42 años, tuvo siete hijos de su padre, de los cuales uno murió tres días después de nacer, y el cadáver del bebé fue aparentemente incinerado por el violador en la caldera de calefacción de su casa.