La Policía vasca atribuye el doble atentado a los asesinos a sueldo del 'comando Vizcaya'
Los etarras colocaron tres bombas cargadas con un total de once kilos de amonal
Actualizado: GuardarLos dos atentados cometidos durante la madrugada del 1 de mayo son obra de los asesinos a sueldo (liberados) del comando Vizcaya de ETA, según las primeras investigaciones de los especialistas de la Ertzaintza. Los expertos de la policía vasca consideran que el modus operandi empleado en estas dos acciones se corresponde con el habitual de los dos terroristas identificados del grupo -Jurdan Martitegi y Arkaitz Goikoetxea-.
Las fuentes consultadas, no obstante, creen que la célula que ha protagonizado las últimas actuaciones en el País Vasco podría contar con más miembros liberados que han colaborado en distintos atentados. Además, dispondría de una amplia red de legales (no fichados) que habría ayudado en los traslados y en la obtención de información precisa sobre los objetivos. Las fuerzas de seguridad calificaron a este grupo como comando Vizcaya al concentrar sus primeras acciones en este territorio, aunque ahora creen que podría estar implantado también en Guipúzcoa. De hecho, según las hipótesis policiales, en una de esas dos provincias cuentan con un taller en el que fabrican el explosivo y las bombas, al mismo tiempo que ocultan algunos de los vehículos que han sido empleados en los atentados.
Demostración de fuerza
Los expertos consultados han señalado que el hecho de realizar dos ataques de forma simultánea, como sucedió en la madrugada de ayer, evidencia que la célula pretendía hacer una demostración de fuerza con un operativo coordinado. Para ello, eligió un día significativo como el 1 de mayo, en un intento de vincular la festividad del Día del Trabajo con sus acciones. Para reforzar el mensaje, eligió, en Arrigorriaga, un almacén de la tesorería de la Seguridad Social y, en San Sebastián, la sede de Osalan, el instituto vasco de salud y seguridad laboral, dependiente del departamento de Trabajo dirigido por Joseba Azkarraga. Aunque la banda ya había atacado en otras ocasiones a organismo vinculados con cuestiones laborales, como el Instituto Nacional de Empleo (Inem) o la Seguridad Social, esta es la primera vez que coloca en su diana a una oficina del mismo sector pero dependiente, en exclusiva, del Gobierno vasco.
En este sentido, en una entrevista publicada el pasado 5 de enero, ETA vertía acusaciones contra los empresarios y la administración por los accidentes de trabajo y calificaba su actitud de «terrorismo patronal». En el mismo texto, en el que la banda atacaba por ejemplo al Tren de Alta Velocidad, se amenazaba también a los militantes socialistas. Tras esas declaraciones, los terroristas han asesinado el ex edil Isaías Carrasco y han volado cuatro sedes del PSE.
El primer atentado de la madrugada del Primero de Mayo se produjo en la localidad vizcaína de Arrigorriaga, en el polígono industrial de Martiartu. El objetivo elegido por los etarras fue una nave dependiente de la Tesorería de la Seguridad Social. El depósito era utilizado para guardar vehículos y maquinaria embargados. Los terroristas colocaron una bomba cargada con cinco kilos de amonal cerca de la puerta de acceso al edificio.
Voz alterada
El artefacto estalló a las doce de la noche, quince minutos después de haber sido colocado, sin que la banda hubiera realizado ningún tipo de aviso previo. La deflagración abrió un boquete de veinte metros cuadrados en la pared del edificio y causó daños en los vehículos estacionados en su interior. A la hora de la detonación el polígono estaba vacío, por lo que no se produjeron daños personales. Los bomberos de Basauri tuvieron que intervenir para sofocar un pequeño incendio que se declaró en el interior del almacén.
En el momento en el que se produjo el estallido de Arrigorriaga la Ertzaintza ya estaba en alerta en San Sebastián. A las once y media de la noche, una llamada a la DYA en nombre de ETA había anunciado que en una hora iban a estallar dos potentes bombas junto al edificio de Osalan. Los terroristas repitieron el mensaje -grabado con un sistema de alteración de voz para evitar ser reconocidos- antes de colgar el auricular.
Estallido
El aviso dio tiempo a la policía vasca para acordonar el Instituto Vasco de Seguridad y Salud Laboral. La sede se encuentra cerca de los juzgados y de la estación de Renfe. Los agentes comprobaron la existencia de dos paquetes sospechosos situados en la zona trasera del edificio, en el aparcamiento del instituto oncológico. Los dos artefactos estaban colocados a unos cuatro metros el uno del otro.
El estallido se produjo a las doce y media, tal y como la banda había anunciado. La onda expansiva provocó la caída de techos y otros daños en ventanas y cristales. Según el consejero de Justicia y Trabajo, Joseba Azkarraga, los desperfectos no afectan a la estructura del edificio, por lo que dijo confiar en que el próximo lunes pueda abrir sus puertas. Al examinar los restos de la detonación, los artificieros de la Ertzaintza descubrieron que una de las bombas no había explotado por completo, lo que permitió determinar que los terroristas habían empleado amonal. Cada uno de los paquetes contenía tres kilos de esta sustancia.