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Economia

Los sindicatos avisan de que los trabajadores no aceptarán un recorte salarial por la crisis

Miles de personas salen a la calle en ciudades de toda España para reclamar igualdad laboral, creación de empleo e inversión productiva

ELISA GARCÍA / AGENCIAS
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La repulsa a los atentados de ETA, la advertencia a los empresarios de que los trabajadores no pagarán el pato de la crisis económica y la demanda de que inviertan sus beneficios para seguir creando empleo y pagar salarios dignos fueron las principales reivindicaciones del Primero de Mayo, que ayer sacó a la calle a miles de personas en toda España.

«No habrá moderación salarial porque los trabajadores no pueden ser los pagadores de la crisis». Así de tajantes se mostraron los líderes de CC. OO. y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, en los discursos que pronunciaron tras la habitual manifestación celebrada en Madrid como acto central de la conmemoración del Día del Trabajo. Más condescendientes se mostraron con el Gobierno. Aseguraron que el Gabinete de Rodríguez Zapatero no les va a defraudar y expresaron su confianza en que, pese a la desaceleración económica, no habrá recorte de derechos sociales.

Cartagena fue la única ciudad donde se vivieron incidentes, mientras que en Valencia, según la policía, se registró la mayor afluencia de asistentes y en Barcelona contaron con la participación del nuevo ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho.

La marcha de Madrid, en la que participaron nueve mil personas, según la policía, y 25.000, según los organizadores, se desarrolló sin incidentes bajo el lema 'Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva'. Fuentes presenciales reconocieron que cada año acuden menos trabajadores a esta manifestación, que transcurrió lentamente y sin entusiasmo reivindicativo pese a la incertidumbre económica que atraviesa el país.

Entre los asistentes fue significativo el grupo de inmigrantes. Ejemplo de ello es que la mayoría de los trabajadores que sujetaban la pancarta de la federación de la construcción de CC. OO., en la que reclamaban la jubilación anticipada a los 60 años, era extranjera. En sus discursos, Méndez y Fidalgo arremetieron contra los empresarios. «No aceptamos ningún mensaje para la moderación salarial», remarcó el líder de UGT. «Si quiere el Banco Central Europeo y los dirigentes políticos moderación salarial que empiecen a dar ejemplo y pidan a los ejecutivos de las multinacionales que se aprieten el cinturón», añadió.

Ambos sindicalistas reiteraron su mensaje de conseguir con urgencia un país basado en una mano de obra cualificada, capaz de desarrollar actividades modernas, cargadas de valor añadido y ajustadas a las nuevas tecnologías. Es decir, de construir un mercado laboral que no se base en «empleos de quita y pon», sujetos a las operaciones especulativas manejadas por determinados empresarios sino en trabajadores formados para la industria y otras profesiones con futuro.