La Parcelita | Comienza mayo
Hoy comienza Mayo. Además de los guiris que nos visitan en esos preciosos cruceros, aparecerán en nuestras calles las estampas más características de este mes. Desde primeras horas de la mañana veremos, todos los fines de semana, a las familias completas detrás de sus «infantes» vestiditos de Primera Comunión. Esta costumbre tan arraigada, lejos de perderse como otras, tiene más vigencia; es más, diría que actualmente se celebra con mucha más intensidad que antes.
Actualizado:En nuestros tiempos todo consistía en una celebración eminentemente familiar. Después de una noche entera de riguroso ayuno (no se podía comer ni beber nada doce horas antes de la Comunión), a las primeras horas del día nos dirigíamos a nuestros colegios vestiditos de marineros (los niños) y de organdí (las niñas). Después de una larguisima ceremonia, nos reuníamos todos en un desayuno que normalmente consistía en un chocolate con churros o bollos de leche y del que terminábamos con el blanco inmaculado del traje lleno de lamparones. Luego, comenzaba un peregrinaje para llevar las «recordatorias» a los familiares que no habían podido acudir a la ceremonia y, normalmente, a la hora de almorzar ya todos estábamos de vuelta en casa. Hoy la parafernalia de esta conmemoración supera a veces lo inimaginable. Los gastos se disparan alarmantemente y la jornada a veces se prolonga durante todo el día. Sin duda no es ninguna tontería el apelativo que empleó la chirigota del Petra calificándolo como «el crimen del mes de Mayo», la mayoría de las veces supone una puñalada trapera para muchas maltrechas economías.
Debería ponerse coto a este desenfreno, pero ¿quién le pone el cascabel al gato? ¿Si ya se celebran hasta «primeras comuniones civiles»! Es difícil dar marcha atrás y seguiremos viendo esas imágenes día tras día aunque luego, para el verano, haya que apretarse el cinturón.