Un plato de arroz cada 3 días
La Policía china libera a 167 niños que trabajaban como esclavos en fábricas especializadas en manufacturas para la exportación
Actualizado: GuardarEN un caso que recuerda al de los esclavos utilizados el año pasado en los hornos de ladrillos de la provincia de Shanxi, la Policía china ha liberado en las últimas horas a 167 niños que trabajaban en condiciones infrahumanas en varias fábricas de Dongguan, uno de los principales centros manufactureros de la región industrial de Guangdong, al sur del país y muy cerca de Hong Kong.
La operación ha sido posible gracias a la investigación realizada por el periódico 'Southern Metropolis Daily', que el pasado lunes publicó que un millar de niños procedentes de familias pobres, de entre 9 y 16 años, habían sido traídos desde Liangshan, en la provincia agrícola de Sichuan, a las factorías de Shenzhen, Dongguan y Huizhou ubicadas en el delta del Río de la Perla y que producen productos para la exportación. En concreto, el reportaje apuntaba a la ciudad de Shipai, cerca de Dongguan, como uno de los principales campos de acción de una organización clandestina que, por un precio que oscilaba entre 200 y 300 yuanes por niño (entre 18 y 27 euros), suministraba trabajadores a las empresas.
Mientras que los cabecillas de esta trama se embolsaban al cabo de tres meses unos 100.000 yuanes (9.190 euros), los niños apenas recibían a la hora unos tres yuanes (27 céntimos de euro). A pesar de estas condiciones tan miserables, los padres no dudaban en entregarlos a los intermediarios de la organización cuando acudían en busca de mano de obra barata a su pueblo de Liangshan, a más de mil kilómetros de distancia.
Y es que la miseria y la desesperación que reinan en las áreas rurales de la región sureña de Sichuan es tal que los padres de los niños esclavos, la mayoría de la etnia minoritaria yi, se conformaban a cambio de recibir al mes varios cientos de yuanes (entre 50 y 100 euros). Tal y como relataba el periódico, una madre «lloró amargamente cuando descubrió que su hijo trabajaba en tales condiciones en las fábricas cantonesas, pero reprimió sus lágrimas cuando se enteró de que recibía un plato de arroz cada dos o tres días».
«Es la pobreza»
«Es la pobreza la que lleva a los progenitores a enviar a sus hijos a trabajar cuando tienen unos 8 ó 9 años, ya que la agricultura apenas les da para mantener a la familia», explicó al diario oficial 'China Daily' un profesor de la Universidad Central de las Nacionalidades, Hou Yuangao, quien aseguró que «muchos padres están contentos de que sus niños puedan ganar varios cientos de yuanes al mes».
Presionadas por la publicación de este reportaje, y por el eco internacional que tiene la noticia, las autoridades de Dongguan han puesto en marcha una operación de búsqueda para encontrar a los mil niños que se supone trabajan en la ciudad. De momento, y según el diario de Hong Kong 'Wen Wei Po', han sido rescatados 107 niños y 60 niñas. Una de ellas aparecía en una foto del periódico 'China Daily' llorando, aunque no se sabe si de felicidad por haber recuperado la libertad o de pena por haber perdido los únicos ingresos que recibía su familia.