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EMOCIÓN. El marinero Cándido Senra se abraza a sus hijas gemelas tras llegar a su casa. / MARTA G. BREA. EFE
ESPAÑA

«No nos dieron opción a nada, dispararon un lanzagranadas que atravesó el puente»

Los marineros del atunero español 'Playa de Bakio' llegan a España exhaustos y con ganas de olvidar la pesadilla

A. OJEA / J. GARCÍA
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Los ocho marineros gallegos y los cinco vascos del atunero 'Playa de Bakio' llegaron a primera hora de la tarde a Bilbao y Vigo y recibieron por fin el abrazo de sus familiares y amigos. Exhaustos y con ganas de olvidar la pesadilla vivida en Somalia, comentaron que durante el secuestro pensaron que nunca más volverían a casa, y agradecieron a las autoridades españolas los esfuerzos para conseguir su liberación. «Pensé que no volvería a ver esta tierra», explicó Anxo Fernández, el contramaestre del 'Playa de Bakio' nada más pisar el aeropuerto de Vigo-Peinador poco después de las 11.00 horas, procedente de la base madrileña de Torrejón de Ardoz. Además de familiares y amigos, esperaban su llegada el presidente de la Xunta de Galicia, Emilio Pérez Touriño y la consejera de Pesca, Carmen Adán.

«No nos dieron opción a nada, dispararon un lanzagranadas que atravesó el puente y reventó todos los aparatos y nos amenazaron con kalashnikov», recordó Fernández, que dijo, no obstante, que el trato «fue muy correcto», aunque «nos obligaron a hacer la vida del comedor al camarote y del camarote al comedor».

«No podíamos subir a cubierta que era donde ellos estaban apostados», rememoró el marino. El contramaestre, improvisado portavoz de todos sus compañeros, relató las condiciones en las que hubieron de pasar varios días, con las constantes amenazas de los piratas, que les amenazaban con cortarles el cuello al más mínimo roce.

Disponían de sólo un minuto para ir al baño o, en algunas ocasiones, para hablar por el móvil que tenían que devolver a sus secuestradores. Sobre el rescate, el contramaestre aseguró que ni él ni sus compañeros tienen información. Ni siquiera se enteraron de que había un buque de la Armada en las proximidades de su cautiverio.

Pasar página

Las primeras palabras de los marineros vascos a su llegada al aeropuerto vizcaíno también fueron de agradecimiento. El marinero Gotzon Flemos reconoció que se encontraban «reventados físicamente» como consecuencia de la dura experiencia vivida y del largo viaje y que ahora su primer objetivo era «descansar» e intentar «pasar página» al secuestro sufrido. Flemos dio las gracias por el apoyo recibido «de los periodistas y de la gente que ha estado con nosotros, sobre todo el Gobierno central y vasco, que se han portado divinamente».

Por su parte, Fátima Iturria, compañera del pescador Jaime Candamil, mostró también su deseo por superar lo ocurrido y subrayó que «el futuro es hoy». La madre de Candamil, Gloria Casanova, comentó que iba a dedicar el día «a comer, pasear y disfrutar». «Lo besaré y abrazaré por todos los días que hemos pasado», señaló.

Los pescadores vascos fueron recibidos por el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma. Luego se abrazaron lejos de miradas indiscretas y de los focos y con lágrimas en los ojos emprendieron viaje de regreso a sus lugares de residencia.