ESPAÑA

Cárcel para cinco acusados de violencia callejera en Vizcaya

La Audiencia Nacional ha absuelto por cuarta vez al presunto integrante del comando Vizcaya de ETA Gorka Joseba Lupiáñez Mintegi, por entender que «no existe elemento corroborador de las declaraciones inculpatorias» de los acusados que le vincularon, junto a otras 13 personas, con una decena de actos de kale borroka que tuvieron lugar durante la fiestas de Galdakao (Vizcaya) en septiembre de 2000.

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La Sección Primera de la Sala de lo Penal, que juzgó los hechos el pasado mes de enero, condena a cinco de los 14 acusados a penas de cinco años de cárcel por los delitos de daños continuados y desórdenes públicos. Además, les declara responsables civiles de los daños causados, que se cuantificaron en más de 220.000 euros.

Lupiáñez, que fue arrestado en diciembre de 2007 en Berriz (Vizcaya) cuando portaba una pistola, fue absuelto otras tres veces por la Audiencia Nacional entre junio de 2004 y junio de 2005. Su primera absolución se produjo en junio de 2004 tras enfrentarse a 13 años de cárcel por los delitos de colaboración con banda armada y depósito de explosivos, al no quedar probada su vinculación con una serie de objetos encontrados en una lonja de Elorrio (Vizcaya).

Absuelto

La segunda sentencia absolutoria para el presunto etarra se dictó el 27 de mayo de 2005 después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional le retirara la acusación de daños terroristas y estragos contra la vida por el lanzamiento de 45 cócteles molotov, el 1 de enero de 2000, contra el cuartel de la Guardia Civil de Galdakao (Vizcaya).

En junio de 2005, Lupiáñez Mintegi fue absuelto por tercera vez por la Audiencia Nacional cuando se le juzgaba por daños terroristas y tenencia de explosivos a consecuencia de un ataque de kale borroka perpetrado en Durango (Vizcaya) el 20 de octubre de 2000.

En este tercer caso, el tribunal justificó su absolución por considerar ilícita la prueba de ADN que se le practicó a un escupitajo del acusado, ya que fue recogido del suelo por un ertzaina que no tenía autorización judicial. El perfil genético de esa saliva coincidía con el de un cabello hallado en un pañuelo que fue arrojado a una papelera próxima al lugar de los hechos.