Manifestación de CCOO y UGT en Zaragoza con motivo del Primero de Mayo, festividad que celebran conjuntamente bajo el lema "Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva". /EFE
Día del Trabajo

Los sindicatos advierten de que no aceptarán ningún mensaje de moderación salarial

'Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva' ha sido el lema elegido por CC.OO. y UGT para protestar por las calles españolas

MADRID Actualizado: Guardar
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CC.OO. y UGT han celebrado 41 manifestaciones unitarias en las principales capitales de provincias españolas, más otra veintena de concentraciones conjuntas en otras ciudades del país. En este 1º de mayo han reclamado mejores salarios y un nuevo modelo económico y han defendido la igualdad. La cita más numerosa ha sido la de Madrid aunque el puente y el buen tiempo han hecho que en esta edición fuera menor el público y también el número de políticos que han secudando la convocatoria.

Bajo el lema de 'Es el momento de la igualdad, el salario digno y la inversión productiva', los secretarios generales de Comisiones Obreras y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, han encabezado la manifestación, flanqueados por el secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONGs del PSOE, Pedro Zerolo.

En su camino desde la plaza de Neptuno hasta la madrileña Puerta del Sol y bajo un ambiente soleado y festivo, los manifestantes han ondeado tanto banderas republicanas como las de los tradicionales colores rojo y blanco de los sindicatos convocantes, y representativas del colectivo homosexual.

Al son de tambores, los trabajadores portaban pancartas que defendían el empleo en la industria, en contra de la liberalización de los horarios comerciales y para reclamar la jubilación a los 60 años para los trabajadores de la construcción.

Los representantes de las Juventudes Socialistas han sido los que más se han hecho notar con su lema "Help, ayúdame, tenemos un alcalde del PP", mientras que Unificación Comunista de España (UCE) cantaba "qué barbaridad, qué barbaridad, nos meten en la crisis y nos la hacen pagar", y "Botín, baja el euribor, ya no quedan agujeros en el cinturón".

Críticas a los empresarios y confianza en el Gobierno

Las reinvindicaciones salariales han marcado una jornada en la que ha estado ausente la crítica al Gobierno. Por contra, los ataques de Méndez y Fidalgo se han centrado en los empresarios y también en el Partido Popular. Los secretarios generales de UGT y CCOO han coincidido en advertir de que no aceptarán ningún mensaje de moderación salarial, ni recorte de los derechos sociales de los trabajadores como consecuencia de la desaceleración económica actual.

Los líderes sindicales de las dos centrales mayoritarias han hecho este aviso en los discursos de cierre de una manifestación en la que, como ya es habitual, ha vuelto a estar marcada por la guerra de cifras. Mientras que para los asistentes han sido 25.000 las personas que han secundado la convocatoria, para la Policía Nacional la cita sólo ha reunido a 9.000 personas.

No han faltado alusiones a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. El líder de la Unión General de Trabajadores ha señalado que su política se "nutre del thatcherismo" (en referencia a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher): privatizando la sanidad y controlando Telemadrid como Chávez (el presidente de Venezuela).

Sobre la contención salarial, Fidalgo ha reclamado del Ejecutivo que no perdone "ni un euro de los impuestos" a los empresarios que no tengan proyecto de inversión productiva o que vengan del "ladrillo a poner el cazo".

De los empresarios, Fidalgo ha señalado que la petición del presidente de la patronal catalana, Joan Rosell, para que los salarios se vinculen a los beneficios empresariales, debería publicarse en la primera página de las revistas satíricas El Jueves o Hermano Lobo.

La manifestación se ha desarrollado sin incidentes, en un ambiente festivo que sólo se ha visto alterado, al final, por un reducido grupo de miembros de las juventudes comunistas, que han increpado repetidamente a Méndez y a Fidalgo.