PARASITADA. Palmera canaria infestada en Roche. / LA VOZ
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La plaga del escarabajo picudo rojo amenaza las palmeras de la provincia

La mayoría de los cerca de 400 casos detectados se han producido en Algeciras y la Costa Noroeste y ya se ha localizado un foco en El Puerto La larva de este insecto crece en el interior del vegetal, al que devora hasta matarlo

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El escarabajo picudo rojo amenaza con causar estragos en las palmeras de la provincia, los mismos que ya ha producido en Málaga, Murcia, Alicante y el palmeral de Elche. El departamento de Sanidad Vegetal de la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca ya ha documentado casos de ejemplares infestados por la larva de este insecto en siete municipios de la provincia. La zona más afectada hasta la actualidad es el Campo de Gibraltar, donde en Algeciras ya se han talado 301 palmeras; 6 en Los Barrios; y una en San Roque. Otra zona de penetración ha sido la Costa Noroeste con 55 ejemplares dañados en Rota; ocho en Chipiona; y seis en Sanlúcar.

La Bahía está sitiada por este curculiónido que, con un movimiento de pinza, ya se ha alojado en una palmera de El Puerto. La detección de nuevos casos en otras localidades del entorno de Cádiz ya sólo es cuestión de tiempo. El picudo rojo no supone ningún peligro en su estadio adulto. Los problemas empiezan cuando la hembra desova en una palmera. Sus larvas se alimentan de la carne del vegetal. Llegan a excavar galerías que pueden alcanzar el metro de longitud. La palmera infestada ya está perdida. La única forma de librarse de este escarabajo y prevenir que pueda afectar a los ejemplares cercanos es talarla y quemarla para destruir con seguridad a las voraces larvas.

El biólogo de la empresa puertorrealeña de control de plagas Coplagas, Daniel Gómez, explicó que este escarabajo se extiende con mucha rapidez y que tiene un ritmo reproductivo muy alto, hasta cuatro generaciones cada año. Y en cada una de las puestas puede depositar 350 huevos y otras tantas larvas devorando la palmera huésped, que no es cualquiera. Este insecto tiene como platos favoritos a las datileras y las canarias, especialmente la segunda. Uno de los principales problemas estriba en que los daños que ocasionan las larvas de este gorgojo no son visibles de inmediato. Cuando aparecen los primeros síntomas -las hojas que forman el cogollo central del ejemplar se secan- los daños padecidos por el vegetal son ya tan graves que habitualmente terminan con la muerte de la palmera. Gómez aseguró que en la provincia aún está controlada la situación, aunque da por hecho que «tarde o temprano llegará con fuerza a Cádiz». Este biólogo señaló que el único procedimiento seguro cuando se ha detectado un ejemplar infestado es talarlo y quemarlo. «Cualquier otro experimento es arriesgarse a que se propague», sentenció. Cuando se advierte la presencia del picudo rojo existe la obligación de comunicarlo a la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca. El delegado en Cádiz, Juan Antonio Blanco, indicó que la empresa pública Desarrollo Agrario y Pesquero -DAP, adscrita a esta Consejería- es la encargada del servicio de colaboración que esta delegación tiene con los ayuntamientos, a los que asesora al respecto.

La procedencia

Este parásito no es endémico de la península ibérica, por lo que no tiene ningún depredador que frene su extensión. Los primeros casos se documentaron en 1993 en la costa granadina y en Málaga en palmeras importadas de Egipto, donde ya existían problemas con el picudo, según un estudio de Tomás Cabello, de la Universidad de Almería.