Los tripulantes españoles del atunero Playa de Bakio pensaban que no volverían «a ver esta tierra»

Los trece tripulantes españoles del atunero 'Playa de Bakio', que permanecieron secuestrados por espacio de una semana por piratas somalíes, descansan ya "aliviados" con sus familias, tras un largo viaje desde las Islas Seychelles hasta sus ciudades de origen, Vigo y Vizcaya.

El avión de Iberia que trasladaba desde Madrid a los cinco tripulantes vascos del barco atunero ha llegado sin ser visto por los medios de comunicación al aeropuerto vizcaíno de Loiu a las 12:40 horas, minutos después de que sus ocho compañeros gallegos aterrizasen en el aeropuerto de Peinador, en Vigo, cansados pero aliviados de poder ver a sus familias tras la dura experiencia vivida: "Pensamos que no volveríamos a ver esta tierra", ha explicado el contramaestre del atunero, Angel Fernández.

Además de las familias, los cinco tripulantes vascos han sido recibidos por el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma; el consejero vasco de Agricultura y Pesca, Gonzalo Saez de Samaniego, y responsables de la empresa armadora del atunero, mientras que el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, ha visitado a sus compañeros gallegos, que llegaron a pensar que" nunca volverían a ver Galicia" cuando fueron echados a tierra y amenazados por los piratas al ser liberados.

Incomunicados y aterrorizados

El contramaestre del 'Playa de Bakio', Ángel Fernández, vecino de Baiona, ha declarado ante los medios que el peor momento del cautiverio fue el inicio del secuestro y cuando fueron liberados, ya que los secuestradores les "tiraron" en cubierta mientras les apuntaban con ametralladoras. "Si nos levantábamos antes de 10 o 20 minutos nos cepillaban a todos".

El marinero ha explicado que cuando los piratas somalíes apresaron el 'Playa de Bakio', los tripulantes estaban cenando y no tuvieron "opción a nada" cuando los piratas "mandaron un lanza granadas que atravesó el puente y rompió todos los aparatos". Según ha relatado, los captores les apuntaban con metralletas rusas kalashnikov y no les dejaban "más que un minuto para ir al cuarto de baño". "Llevamos siete días muy malos, venimos de una presión muy fuerte", ha explicado.

Durante el secuestro permanecieron incomunicados y se pasaron toda la semana haciendo "vida de camarote a comedor y de comedor a camarote" según sus palabras. Según ha precisado Fernández, los secuestrados no podían salir a cubierta, donde estaban apostados los piratas, aunque éstos "por dentro (del barco) siempre procuraban andar sin armas". Asímismo, ha señalado que cada vez que uno de los marineros se negaba a darles lo que les pedían, como los teléfonos móviles, los piratas les amenazaban pasándose el el dedo índice por el cuello. "En principio te negabas y decías que no, pero era sí o sí, no había opción".

"Yo estuve secuestrado, no se si hubo rescate"

Fernández, quien ha asegurado que nunca le faltó comida gracias a su "cocinero fenomenal", ha afirmado que ninguno de los tripulantes tienen conocimiento de si se pagó o no rescate por ellos. "Lo ignoro, yo estuve secuestrado, no sé si se pagó, si se dialogó o si nos soltaron porque quisieron", ha asegurado al tiempo que ha confirmado que los marineros apresados no tuvieron la oportunidad de ver la fragata que les escoltó y estuvo controlando la situación.

Con respecto a si conocían el riesgo de faenar en aguas del Indico, Angel Fernández ha explicado que el 'Playa de Bakio' "nunca arriesgó, ya que faenaba fuera de las 200 millas de jurisdicción somalí". No obstante, ha reconocido que sabía que existen piratas en esa zona u otras como en Tailandia. Pese a la experiencia vivida, ha asegurado que volverá a faenar en esas aguas ya que "hombre, coño, es donde trabajo", ha asegurado contundente.

El marinero gallego ha señalado que lo primero que hará al llegar a su casa es darse una ducha y ha hecho una petición expresa a los medios de comunicación para que "dejen tranquilos" durante los próximos días tanto a los marineros como a sus familias. El contramaestre ha afirmado que, en su caso particular, quería reunirse con su mujer y familiares y charlar con ellos tranquilo.

"Emoción" al leer los periódicos

En los días transcurridos desde su liberación, en los que el pesquero se dirigió desde la costa de Somalia hasta el puerto de Victoria escoltado por la fragata Méndez Núñez, los 26 pescadores han aprovechado para limpiar el buque y, una vez en tierra, repostar y reponer el material robado por los secuestradores antes de abandonar el barco. Entre estos objetos se encuentran, además de todos los alimentos que llevaban a bordo, las sábanas, toallas, utensilios de cocina, relojes, ordenadores personales y prendas de vestir .

Los responsables de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino que han acompañado a los españoles en su viaje de regreso a Madrid han subrayado la "emoción" con que los pescadores leyeron los periódicos y vieron las imágenes en las que aparecían sus familiares en el momento de tener noticia de su liberación. Además, los 13 pescadores se interesaron durante el vuelo por el resultado del partido de semifinales de la Copa de Europa disputado ayer entre el Barcelona y el Manchester United.