JUAN ROSADO. Vigilante de seguridad. / T. S.
EL FERIANTE

«Para llevar a mis hijos a los cacharros me hará falta un carterón de Ubrique» Juan Rosado Ramírez Vigilante de seguridad

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aseando por el Real, me dio por entrar en el Templete Municipal y me encontré en la barra con Juan. Este vigilante de seguridad explica que «nuestra intención es comer, echar la tarde, bebernos unas copitas, pasarlo bien». Juan se declara amante de la Feria a todas horas, pero «ultimamente me gusta más al mediodía porque por la noche hay más jaleo, mientras que el ambiente más familiar y tranquilo del mediodía me hace más gracia». Su trabajo no deja que pueda disfrutar todo lo que quisiera de la Feria, pero «aprovechando bien los días libres que los diferentes turnos nos permiten, pues tiramos para el Real y disfrutamos todo lo que se pueda». Aún no le tiene cogido el pulso a los precios que se barajan en las diferentes casetas, pero teme más que a una vara verde al día que tenga que traer a sus hijos y llevarlos a la calle del infierno para que se monten en los cacharritos: «Para esa tarde me va a hacer falta un carterón e Ubrique de los gordos. Miedo me da».