Liz Hurley criará vacas y diseñará ropa de baño
Ahora que ya había convencido al mundo entero de que ella es la reina del escote y la emperatriz del canalillo, va Liz Hurley y declara que en realidad la parte favorita de su cuerpo es la espalda. La actriz y modelo británica presentó el martes en Madrid su nueva colección de trajes de baño para la firma catalana Mango, un feliz matrimonio profesional que tiene como padrino a Valentino, pues fue él quien los presentó. No es la primera vez que la Hurley diseña. «Es una faceta en la que me siento cómoda, porque la ropa es algo que me ha interesado siempre», explicó en Madrid. Su nueva incursión en el mundo de la moda lleva por título Elizabeth Hurley for MNG, y no es una superproducción precisamente, ya que cuenta sólo con doce modelos de biquinis, triquinis y trajes de baño de una pieza, inspirados vagamente en la década de los sesenta, y cuyos colores van desde el fucsia hasta el coral, pasando por el blanco y el moca. La actriz ha incluido también accesorios como un caftán, sandalias, gafas de sol y bisutería.
Actualizado: GuardarEnvuelta en un vaporoso y a la vez ceñido vestido color rosa chicle, Hurley, puntual, seria y profesional, como buena británica, ofreció ante las cámaras esa imagen fresca, y a la vez sofisticada, que ella maneja tan bien. Pero las apariencias engañan... La actriz confesó más tarde que aunque sigue posando como modelo -lo ha hecho para presentar esta nueva colección de biquinis-, detesta ponerse ante el objetivo de un fotógrafo y que lo suyo ahora mismo es el campo. Y es que Hurley, a sus 43 años, vive en una granja, «rodeada de perros, gatos, ovejas y vacas...», a las afueras de Londres, junto a su marido y su hijo. Cabe recordar que el esposo de Liz Hurley es el magnate indio Arun Nayar, con quien se casó el año pasado en Bombay, en una exótica ceremonia que duró varios días y en la que la novia llegó a participar en coreografías dignas de Bollywood. En cuanto a su hijo, Damian, nació en 2002, fruto de la fugaz relación de Liz con el millonario productor Steve Bing, al que ella obligó a reconocer la paternidad por medio de una prueba de ADN, que fue pública y notoria.
Hurley se dio a conocer en realidad como la eterna novia de Hugh Grant, del que sigue siendo buena amiga y al que llegó a perdonar aquel escarceo en un coche, con una prostituta, que llevó al actor a comisaría e hizo correr ríos de tinta. La cría de vacas -«no las ordeño, son vacas de carne», puntualizó divertida- forma parte de otro de los negocios de esta emprendedora mujer, que está muy involucrada en la producción y promoción de la «comida ecológica». En el fondo, todo se relaciona. Liz se cuida, come sano y el resultado es un cuerpo espectacular. / A. FURUNDARENA