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ADIÓS A LA ACTIVIDAD. Imagen del interior de la nave de Perfil Bahía, empresa de Puerto Real que ha solicitado el concurso de acreedores. / FRANCIS JIMÉNEZ
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La crisis dispara el número de empresas que se declaran en suspensión de pagos

La provincia acumula 22 procesos en lo que va de año, frente a los 17 de todo 2007, y la media trimestral ya cuadruplica a la registrada durante el año pasado La mayoría de las compañías que pasan a la insolvencia son constructoras

A. MEDINA R. / S. TUBIO
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Siga la flecha. El Juzgado de lo Mercantil de Cádiz se ha rendido a la demanda y el edificio de la Audiencia Provincial (donde tiene su sede) está repleto de carteles que dirigen a empresarios y acreedores hasta el despacho donde presentar o interesarse del proceso concursal que les corresponda. Hasta esa oficina, cuya titular es Nuria Orellana, ya se han dirigido en lo que va de año 22 sociedades o personas físicas para iniciar lo que hasta hace unos años se llamaba suspensión de pagos o quiebra.

La cifra supone superar claramente en apenas cuatro meses los 17 casos que se registraron en el mismo órgano a lo largo de todo 2007. Entre enero y marzo de 2008 hubo 15 casos, con lo que sólo en abril se han elevado otras siete solicitudes y la media trimestral en 2008 es cuatro veces más alta que la anotada a lo largo de 2007 (que fue de cuatro concursos iniciados cada tres meses -17 en el año- ya que la última parte del pasado ejercicio la actividad empezó a repuntar significativamente y elevó el promedio definitivo). Hoy día, las antiguas quiebras se llaman concurso de acreedores y las compañías o particulares que se declaren insolventes pueden presentarlo voluntariamente ante la administración judicial. Si no, puede venir la propia administración y ya habrá menos margen de maniobra. Para adelantarse a ello, el interesado declara su insolvencia, suspende pagos y acude al inmueble de la Cuesta de las Calesas. Allí verá los carteles y llegará a su destino.

La crisis se ha instalado en el tejido económico de la provincia y ha venido para quedarse un tiempo. Un termómetro ideal para medir la salud empresarial es el de las solicitudes de concurso. De hecho, allá por el primer trimestre de 2007 (cuando la provincia lideraba el crecimiento económico de Andalucía, llegaba a su récord en creación de empleo y el paro se reducía a niveles nunca conocidos) sólo se presentó una empresa en la oficina del Juzgado de lo Mercantil. Fue el 21 de marzo y la firma que subía a la segunda planta del palacio de justicia venía en nombre de Delphi.

Un año después, en estos primeros tres meses de este 2008, se ha pasado de ese único (pero simbólico) supuesto a 15. Según fuentes judiciales, la gran mayoría de los concursos proceden de empresas de la construcción o relacionadas con ella (industria auxiliar, subcontratas), aunque también se están dando en sectores que no tienen nada que ver con el cemento. La ralentización empieza a extenderse. Cádiz lo está acusando de una forma muy especial. Los datos del Tribunal Superior de Justicia son elocuentes. La provincia de Sevilla acumuló en los tres primeros meses 16 concursos, frente a los cuatro del año 2007 (había más actividad de base, con lo que la aceleración gaditana es mayor).

Algo parecido (en un nivel bastante superior, se entiende) ha ocurrido en Málaga. Ya en el primer tramo del año pasado hubo 13 solicitudes de concurso. Este año han llegado a 40. A un nivel más similar al gaditano, en cuanto a potencial económico, podría estar Granada, que ha crecido de una sola petición a seis. Es decir, que Cádiz y Málaga lideran este dudoso honor de procesos. Y el año, como quien dice, acaba de empezar.

amedina@lavozdigital.es