UN SALTO. El Xerez sigue sumando y se aferra a ganar en Chapín este domingo. / MANUEL BARROSO
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Una semana más en el pozo

El Xerez repites los mismos defectos y virtudes lejos de Chapín y sólo empata en Salamanca Los azulinos se quedan a un punto de salir de la zona de descenso a Segunda División B

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La permanencia tendrá que esperar, pues el Xerez tampoco pudo salir del pozo en Salamanca. Acompañaron los resultados, pero el juego y la fortuna sólo estuvo del lado de los azulinos durante cuarenta y cinco minutos. Y es que el equipo de Esteban volvió a estar virtualmente fuera de los puestos de descenso, pero una mala segunda parte plagada de lesiones ofuscó el potencial de un Deportivo que tendrá que esperar una jornada más para tratar de salir de ese eterno paso subterráneo.

Esta vez el guión del partido fue diferente. Los azulinos comenzaron perdiendo a diferencia de las tres últimas salidas a Tarragona, Sevilla y Granada. Ahora fueron los salmantinos los que pegaron primero, pronto y bien, pues sólo hubo que esperar al tercer minuto de partido para ver como el Salamanca abría el marcador gracias a un tanto de Quique Martín. A pesar de los años, el interior zurdo no ha perdido ni la punta de velocidad ni la inteligencia, pues lo demostró dejando más que en evidencia a Abel Aguilar. Como suele ser habitual, al colombiano le costó entrar en el ritmo de partido y en lugar de tratar de mantener la carrera con Martín se limitó a seguirle con la mirada. El atacante del Salamanca se desplazó hasta el carril del 10, pisó el acelerador hasta llegar al área y fusiló a Porato. Todo ello bajo la atenta mirada de un Aguilar que acompañaba al trote la jugada.

Momo trató de desentumecer al Deportivo del mazazo y a base de penetraciones por la izquierda logró que los azulinos reaccionaran. Suyo fue el primer disparo, y suya fue la jugada de la que nació el gol del empate. El canario robó de la nada en la zona ancha, se apoyó en Viqueira y la cedió para un Pedro Ríos que sorprendió desde la frontal. El jerezano le pegó en seco y muy pegada al palo, totalmente fuera del alcance de Alberto.

Apenas se había superado el minuto diez, apenas se había disputado una décima parte del partido cuando ya habían subido dos tantos al marcador. Además, ahora, tras la inyección de moral, eran los xerecistas los que apretaban y controlaban el partido. Y lo hacían con suficiencia, dejando la sensación de que un giro más de tuerca se traduciría en gol. El tempo era parsimonioso, pero a la vez constante, y sobre todo agotador por el pesado sol que iluminaba el Helmántico.

Desde el banquillo no sólo repartían agua. Méndez no paraba de darle instrucciones a un Pedro Ríos que trataba de ayudar en la batalla de la medular. En uno de esos apoyos abrió para Redondo, que aprovechaba todo el espacio dejado en la derecha por Perico. El sevillano tuvo tiempo para encontrar a Yordi tanto con la vista como con la bola, pues Yordi la alcanzó para rematarla al fondo de la portería.

El nivel de los goles iba subiendo a medida que pasaban los minutos. Toti tuvo una oportunidad de lujo para superar el listón dejado por el isleño, pero el disparo del zurdo se marchó muy alto. Sí se superó de manera sobresaliente, y justo cuando se llegaba al final de la primera parte, con el gol del empate del Salamanca. El 2-2 fue un ejemplo perfecto de juego colectivo, precisión y vistosidad, pues Postigo, Quique Martín y David lograron romper el sistema defensivo azulino. Con tres toques, un taconazo y un disparo cruzado el Salamanca logró encarar el túnel del vestuario con el marcador igualado.

Tras el descanso los problemas comenzaron a acumularse en el bando azulino. Bajic no pudo regresar. El serbio jugó casi toda la primera parte con una herida en la cabeza -provocada en un encontronazo- y sólo pudo aguantar los primeros cuarenta y cinco minutos. Héctor Verdés salió en su lugar, pero en su primera intervención el joven central también cayó lesionado. Una mala entrada, una mala posición le dañó la espalda. Mientras Héctor trataba de aguantar el tipo Momo sufrió un tirón y tuvo que ser reemplazado por Carlos Calvo. A reglón seguido la espalda de Verdés dijo que no aguantaba más y el canterano llegado del Valencia tuvo que regresar al banco en lugar de Jorge Luque. Esteban, que ya se había situado tras el banquillo del Xerez, tuvo que tirar de ingenio y reconstruir el dibujo. Abel Aguilar, que en su día debutó con la camiseta del Xerez en la media punta, tuvo que tapar el hueco y se emparejó con Aythami en el centro de la defensa.

Fueron minutos de sufrimiento en los que afición y el equipo charro se conjuraron para poner a prueba el sistema defensivo xerecista. El Deportivo pasó la prueba por los pelos e incluso dio un sustito a falta de tres minutos para el final, pero lo cierto es que el empate era más que gusto, ya que los buenos minutos azulinos de la primera parte quedaban demasiado lejos.

El punto conseguido ayer permite que el Xerez continúe metido de pleno en la pelea por la permanencia, y la semana que viene tendrá otra oportunidad, otra batalla dramática ante el Deportivo Alavés para tratar de dar un paso importante y recortar el punto que le impide salir de la zona de descenso.

sgalvan@lavozdigital.es