Jerez

El pregón de LA VOZ, antesala del alumbrado de esta noche

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La Voz

Como nos gusta adelantarnos a los acontecimientos, LA VOZ inauguró ya anoche su caseta de feria en el Real del parque González Hontoria. La cita, a la que acudieron clientes, colaboradores y personal del periódico, tuvo como protagonistas de excepción al escritor y articulista de LA VOZ, Jesús Soto de Paula, y a la artista Carolina Menacho.

Jesús Soto pronunció el II Pregón de la Feria del Caballo –tras el ofrecido el pasado año por el crítico taurino Javier Bocanegra–, mientras que Carolina Menacho presentó el cartel de feria realizado para LA VOZ y Kapote, establecimiento que por segundo año consecutivo se encarga de la barra y la cocina de la caseta del periódico jerezano.

El pregón de Jesús Soto de Paula estuvo cargado de giros y referencias toreras y flamencas. El escritor ahondó en las señas de identidad de nuestra Feria del Caballo con su particular prosa y deleitó a los presentes con un texto que comenzó así: « Tiene la dicha Jerez, ya sea por capricho o por destino, de estar casado con el arte. Un arte, desde luego, bien avenido a una tierra que supo más que ninguna otra cultivarlo. Jerez, nuestro Jerez, cautivador y conmovido; tierra de vinos, caballos, toros y flamenco, nació en ese particular estado de sentimientos en conmoción, de sentimientos a flor de piel; un estado de embelesamiento casi encantado».

No se olvidó el pregonero de glosar la especial relación existente entre la ciudad de Jerez y el arte en todos sus conceptos, describió con sus letras la forma en la que ese arte se manifiesta en el Real y albero de la Feria del Caballo.

«La cultura de Jerez está embriagada del arte más profundo, ése que enaltece a nuestros sentidos: oído, vista y paladar. Todo a compás, y por todo ello, Jerez se viste y se expresa en esta semana grande de nuestra Feria del Caballo. Créanme que me alegra, por otro lado, que el Jerez de hoy se haya despojado de aquella maliciosa y burlesca fama de ser la feria de los señoritos, pues aunque aún existen, el propio pueblo los ha desterrado de tal rango. Como decía, serán días en los que el cielo se asentará en el Real. El azul se hará albero, las estrellas se tornarán en flores, y las nubes blancas en coloridos carruajes de caballos».

La Feria de Jerez es su gente y sus casetas, y Jesús Soto de Paula realizó en su pregón un particular recorrido por aquellas que conservan toda la esencia de nuestra tierra: «Quizás, con suerte, aún hallemos una juerga flamenca en casetas como Los Juncales, Tío José de Paula, El Prendimiento…entre otras. Allí, donde suelen acudir esos cantaores que gustan encontrarse cuando ya hay pocos, entre abrazos y botellas vacías que imploran otra media. Son esos ratitos en los que uno se encuentra a gusto, pues permítanme llamar a nuestra Feria del Caballo la feria más flamenca de España, la más morena, la más embrujada, pues el sentir flamenco ha dado a Jerez en su historia distinción, pues guarda todo este rincón del sur ese enrazado matrimonio tan bien avenido».

Y, como no, le llegó el turno al caballo y aquellos que han hecho de este animal un símbolo único de Jerez. «Y hablando de caballos, me viene casi de la mano el escultórico recuerdo de un caballero que fue e hizo tanto por y para el caballo español: Don Álvaro Domecq y Díez, paradigma del arte ecuestre. Nadie como él supo caer tan bien a caballo».

La mujer jerezana y los toreros y cantaores de Jerez también tuvieron sitio en un pregón de lo más cabal, flamenco y torero. Una oda a la Feria de Jerez que Jesús Soto concluyó así: «Que vuelvan a chorrear los finos, olorosos, amontillaos… para que ardan de nuevo las gargantas y brindar por una feria más, brindar por Jerez».