Me deben una Feria
Feria. No me digan que no suena bien. Muchos somos los que llevamos todo el año esperando a que el parque González Hontoria se vista de gala para acoger uno de los acontecimientos más importantes de la ciudad. Y es que, además de ser un claro atractivo turístico, es la época del año en el que más disfrutamos de la compañía de los demás. Entre sevillana y sevillana, una se olvida de aquellas cosas que no dejan de rondan por la cabeza y logra desconectar, aunque sea un par de horas, de la dura realidad que nos rodea. Eso sí, una vez que salimos del Real, nos damos cuenta que es un espejismo.
Actualizado: GuardarNo obstante, y mientras dura la ilusión de la fiesta, me encanta hacer de anfitriona con mis amigos que desde distintas zonas de España se acercan hasta aquí. Recuerdo la primera vez que Gonzalo y Khadija pisaron la Feria del Caballo. Uno de Granada, la otra de Huelva, conocían a la perfección la Feria de abril, pero jamás habían venido a la Feria de mayo. Cuando Gonzalo atravesó las puertas del Real los ojos se le abrieron como platos y me reconoció que «la Feria de Jerez es mucho más bonita» que la de la capital hispalense. Desde ese momento supe que iban a disfrutar como niños. Las casetas abiertas fue otra de las cosas que les llamó notablemente la atención y que les encantó. Jerez tiene en su alumbrado y casetas un sello único que no debería perder nunca, aunque algunos se empeñen año tras año en intentar debatir este asunto.
Tras ellos, vinieron más amigos y muchos han repetido desde entonces. Pero este año para mí falta alguien. Fani, está en tierras inglesas por cuestiones que no vienen al caso, y me ha dejado en la estacada. Ella es una de mis mejores amigas y estoy segura que sin su compañía la Feria no será lo mismo. Le he prometido salir todos los días y vivirla como si fuera la primera vez que voy. Lo intentaré. Pero Estefanía Larios, me debes una Feria y el año que viene pienso cobrármela. Feliz Feria a todos.