Solidaridad cero

os clubes implicados se han apresurado a echarse las manos a la cabeza porque aseguran que se adulterará la competición siempre y cuando se convierta en realidad la amenaza de huelga por parte del Levante. Resulta lógico si tenemos en cuenta que habrá equipos que salgan favorecidos y otros perjudicados en el caso de que finalmente los levantinos no disputen las dos próximas jornadas ligueras. Sin embargo, me soprende que hasta la fecha nadie haya protestado, por ejemplo, por los 21 minutos que faltan por disputarse y que no se disputarán entre el Athletic de Bilbao y el Betis... ¿Ah! Acabo de echarle un vistacillo a la clasificación y desaparece la sorpresa de mi rostro. Y es que los bilbaínos son décimos y ya se sabe que en mitad de la tabla, no se hace daño a nadie. Otro cantar sería estar luchando por metas más altas, ¿no creen? Me sorprende que algunos se hayan callado cuando se han cometido injusticias con determinados equipos a la hora de cerrar sus estadios cuando el de otros todavía permanece abierto. Sin duda, ésta es la típica actitud adoptada por los pelotas que suelen ser premiados injustamente. Me sorprende que incluso algún que otro presidente se echara a temblar cuando el Getafe dejó caer que jugaría con los suplentes si no igualaban los horarios y fechas de los partidos de los dos participantes de la Copa del Rey. Me parece recordar que el Valencia prefirió mirar hacia otro lado, tal y como llevan haciendo algunos de sus jugadores durante todo el año. Me sorprende que la huelga no fuera convocada hace un año pero entiendo que jugar en Primera División es demasiado bonito y, sobre todo, me indigna que los ayuntamientos tengan que erigirse a última hora en salvadores de la causa futbolística porque las cosas no se han hecho bien desde el principio.