1.028. Hasta 2050 no se conocerá el contenido de la caja. / EFE
Cultura

Gelman deposita su legado en la cámara acorazada de la sede del Cervantes

Permanecerá cerrada los próximos 42 años. Hasta el tres se mayo de 2050 no se abrirá la caja en la que Juan Gelman Burichson (Buenos Aires, 1930), último ganador del premio Cervantes, depositó hoy un legado «útil para los jóvenes poetas del futuro». Fue en la cámara acorazada de antiguo Banco del Río de la Plata y que hoy es la sede del Instituto Cervantes, en el corazón de Madrid, a un centenar de metros de la Cibeles. Una cámara acorazada reconvertida en la Caja de las Letras en la que primeras figuras de la creación de ambas orillas del Atlántico están depositando sus ofrendas para la posteridad.

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Gelman dejó la suya rodeado de tres de sus cuatro nietos -Macarena, Andrea e Iván- y su segunda esposa -Mara Lamadrid- dos días después de haber tomado posesión de su plaza en la cima de nuestra literatura como 32 ganador del Premio Cervantes, el mayor honor de las letras hispanas.

Un saquito rojo

Juan Gelman depositaba en la caja 1.028 un saquito de satén rojo con documentos y papeles de su elección. Un legado sobre el que el último premio Cervantes apenas dio detalles, más allá de que incluye «un pergamino» y que no se conocerá hasta el tres de mayo de 2050.

«Es el día de mi cumpleaños y he elegido ese año para su apertura para poder tener al certeza de que no estaré cuado se abra. O sí» declaraba irónico Juan Gelman una vez que la doble llave del cajetín dejaba a buen recaudo su legado. El día fijado para su apertura se cumplirán 120 años del nacimiento de Gelman.