Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Artículos

Telenovelas

Una de las noticias más chuscas de los últimos días en el mundo de la televisión ha sido ese estudio según el cual la baja natalidad de los brasileños se debe al consumo de telenovelas. A primera vista, uno podría pensar que los brasileños se pasan el día viendo culebrones, y de ahí que no nazcan más niños en el país carioca. Pero no, la cosa es un poco más complicada y también bastante más verosímil. El Centro de Investigación de Políticas Económicas y la Universidad Bocconi de Milán, las instituciones autoras del informe, explican que las telenovelas reproducen un modelo de familia con muy pocos niños, y ese modelo es asumido por la población como el estatuto ideal de la vida familiar.

José Javier Esparza
Actualizado:

En 1960, la natalidad en Brasil se cifraba en 6,3 niños por mujer; en 2000, la media ha descendido a 2,3 niños por mujer. Es verdad que el descenso es muy acusado, es verdad que el consumo de telenovelas en Brasil es masivo y es verdad, en fin, que el modelo de familia que aparece ahí es invariablemente restringido. Ergo, verde y con asas. «Las mujeres expuestas a las telenovelas de Globo, en especial las más pobres y de menor acceso a otra información, suelen recortar la cantidad de hijos que querrían tener», dice el informe, que de ahí deduce un «efecto considerable, aunque no enorme» sobre la demografía brasileña.

¿Podemos extrañarnos? En España, con el baby-boom de los años 60, no era raro ver familias con cuatro hijos o más, pero muy pronto entraron en nuestro país costumbres de países más desarrollados, y entre ellas vino la moda de la parejita. Hoy la tasa en España está en 1,1 hijos por mujer, que es el índice de natalidad más bajo de Europa. Ese proceso ha tenido lugar en los últimos 30 años, y sería interesante saber hasta dónde ha influido la televisión o, para ser más precisos, el modelo de familia que reproducen los productos televisivos. No hace falta buscar en los culebrones: uno ve Escenas de matrimonio y constata que son parejas sin hijos; uno ve La familia Mata y deduce que más vale no tener hijos; uno estudia muchos de los productos televisivos, españoles o extranjeros, y descubre que sólo hay vida interesante sin niños por medio. Todos somos brasileños.