ANDALUCÍA

La Guardia Civil afirma que si el todoterreno de Benalmádena hubiera ido a 120 el autobús no hubiese derrapado

Si el conductor del todoterreno que provocó el pasado sábado el accidente del autobús, en el que murieron nueve personas, hubiera ido a 120 kilómetros por hora, velocidad máxima permitida en esa vía, no habría provocado «el desplazamiento y derrape de un autocar de grandes dimensiones y con 50 personas en su interior».

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Esa es la conclusión a la que llega la Guardia Civil de Tráfico, plasmada en la diligencia sobre el desarrollo que hace del accidente, y a la que ha tenido acceso este periódico. Entre otros parámetros, la Benemérita maneja el testimonio de uno de los conductores, que circulaba en esos momentos y en ese mismo lugar entre 120 y 130 kms./h y vio cómo el 4x4 le rebasaba a gran velocidad, en condiciones de lluvia.

El atestado señala que si el todoterreno choca a 120 kms./h contra la valla metálica izquierda y sale proyectado hacia el carril central y derecho de la vía, «algún coeficiente de rozamiento se tuvo que producir y disipar energía». Por tanto, en opinión de estos técnicos, «la velocidad a la que choca contra el autocar debería ser inferior a aquellos primitivos 120 kilómetros/hora».

Peso de los vehículos

Si se tiene en cuenta que el autobús afectado circulaba a 102 kilómetros/hora -está constatado este dato por el disco-diagrama-, «se deduce que con una velocidad mínima no podría producir el desplazamiento y derrape de un autocar de grandes dimensiones y con 50 personas en su interior, con un peso estimado de 16.724 kilos (12.974 de tara del vehículo más 3.750 kilos de pasaje y equipaje)». El autobús fue golpeado por el 4x4 con un peso de 1801 kilos (1.801 kilos (1.726 kilos de tara más 75 kilos de su conductor). Aún así se produjeron daños muy cuantiosos en ambos vehículos.

La Guardia Civil deduce «que la diferencia de velocidad entre ambos vehículos implicados -continúa el atestado- debería ser muy dispar. Es decir, el todoterreno circulaba a una velocidad muy superior a la que lo hacía el autocar que, como ha quedado reflejado anteriormente, en el momento del accidente lo hacía a unos 102 kms./hora».

El conductor del Kia, modelo Sportage, Jesús G. R., de 27 años, declaró a los guardias civiles en la ambulancia que le trasladaba al hospital Clínico que circulaba a una velocidad comprendida entre 130 y 140 kilómetros a la hora, y que al accionar el sistema de frenado perdió el control del vehículo que conducía. Asimismo, reconoció que llovía en esos momentos.

Sin embargo, un día después, el domingo, a las nueve de la noche, rectificó su declaración inicial y afirmó en una habitación del citado centro hospitalario donde se encuentra internado que circulaba en torno a los 120 o 130 kilómetros/hora. Indicó que tocó el freno y que el vehículo se le fue al carril central, perdiendo en esos momentos la noción del tiempo, según el atestado instruido por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Málaga al que ha tenido acceso este periódico.

La versión de Jesús G. R. no la comparte la Guardia Civil, ya que mantiene que el conductor del todoterreno «circulaba de forma temeraria e imprudente, con un total desprecio, no solamente para su vida, sino para el resto de los usuarios de la vía, debido a la velocidad tan desmesurada a la que circulaba». Pone en el informe como agravante «las circunstancias climatológicas existentes -lluvia y visibilidad reducida-, y el estado mojado de la calzada, así como el hacerlo bajo la influencia de bebidas alcohólicas».