Luis Hidalgo Ceballos. Cedida
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Un juez ordena una autopsia ante un posible caso del mal de las ‘vacas locas’

La familia del fallecido cuenta con un informe médico que avala tal posibilidad. El SAS cambió ese diagnóstico tras unas pruebas realizadas al paciente en vida

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La magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 de Jerez ordenó ayer la realización de una autopsia al cadáver de un varón de 60 años, ante la posibilidad de que el fallecido hubiera muerto como consecuencia del conocido como el mal de las vacas locas. La familia de esta persona, que respondía al nombre de Luis Hidalgo Ceballos, solicitó a la autoridad judicial esta medida con el fin de cerciorarse de las causas exactas de la muerte. La autopsia se llevará a cabo a lo largo de esta misma mañana en el Hospital de Puerto Real, donde se podrá dictaminar si, efectivamente, Hidalgo padecía la enfermedad de Creutzfeld-Jakob.

Una de las hijas del fallecido, María Hidalgo, explicó cómo su padre dejó de respirar ayer a las 8.30 horas, después de haberse llevado más de un año sufriendo todos los síntomas que se corresponden con el citado mal, sin que nadie lo certificara de forma oficial ni pudieran hacer nada por evitar su trágico final. Todo comenzó, como adelantó ayer Canal Sur, en febrero del pasado año, cuando este jerezano acudió a su médico de cabecera con lo que parecía ser una depresión, como de hecho se le diagnosticó en un principio. Sin embargo, al poco tiempo empezó a padecer temblores, pérdida de estabilidad y deficiencia en el habla, que hicieron saltar las alarmas, por lo que el facultativo derivó al paciente a un especialista.

«El neurólogo ya empezó a hacernos preguntas del tipo de si mi padre había viajado al extranjero y de qué carne comía. Le dijimos que solía comer ternera y entonces nos advirtió de que podía padecer el mal de las vacas locas». El tiempo fue pasando y el enfermo empeorando por momentos, por lo que fue ingresado varias veces en el Hospital de Jerez, aunque lo único que pudieron hacer por él fue calmarle los dolores, como aseguró su hija. En enero de 2008, el neurólogo de este centro sanitario Francisco Delgado López, realizó un juicio clínico en el que se alude a la posibilidad de que efectivamente Hidalgo sufriera de Creutzfeld-Jakob. Por esta razón, como apuntó la hija del fallecido, el doctor remitió unas pruebas médicas a Barcelona cuyos resultados corroboraron las sospechas.

Desde la Junta de Andalucía, sin embargo, la versión es bien distinta. Aunque el Servicio Andaluz de Salud (SAS) reconoce que los síntomas del paciente podían corresponderse con esta patología, el propio SAS derivó una pruebas al Registro Nacional de Encefalopatía que descartaron esta opción. «Si la Dirección General de Salud Pública –argumentan fuentes oficiales– hubiera tenido constancia de que era esta encefalopatía, se hace una autopsia y se analiza el cerebro. Eso, efectivamente, se hubiese hecho, si el registro lo hubiera confirmado el diagnóstico».

La familia, sin embargo, insiste en su idea inicial, lamentando que la Administración «primero haya dicho que sí, luego que no, y ahora no se ponga en contacto con nosotros». Sus seres queridos afirman, además, que ya en un centro de salud de la ciudad les advirtieron de que un ganadero se había visto obligado a sacrificar a una de sus reses hace diez años, ante el peligro de que pudiera sufrir de Encefalopatía Espongiforme Bovina. Aunque en este sentido lo único que persisten son las hipótesis, lo cierto es que los Hidalgo confían en que hoy se aclaren las circunstancias de la muerte de su padre, que tanto sufrimiento ha padecido durante catorce largos meses. «Nosotros lo único que queremos es quedarnos tranquilos, y que si se confirma salga a la luz, porque ¿cuántas familias podrían caer así? nuestro padre ha estado ingresado más de un mes con calmantes y sedantes, aunque ha ido empeorando durante un año entero».