Voro abre las puertas a los desterrados

En un desesperado intento de volver a la normalidad y recuperar la unidad perdida en pos de la permanencia, Salvador González Voro, el nuevo entrenador del Valencia, se mostró ayer dispuesto a contar con Albelda, Angulo y Cañizares, los tres desterrados desde que Koeman, de acuerdo con el club, comunicó en diciembre pasado que no volvería a convocarlos.

En su primera comparecencia tras el meteórico ascenso de delegado a primer entrenador, Voro insistió en que estos tres futbolistas forman parte de una plantilla de 25 y jugarán si están en condiciones físicas y anímicas de hacerlo. No lo dijo abiertamente pero dejó entrever que una cosa es incluirles en la dinámica de grupo y otra cosa muy diferente brindarles un puesto en el once.

Su amigo Albelda ya afirmó la pasada madrugada que responderá al SOS pero que después de cuatro meses ejercitándose casi por su cuenta es una «incógnita» saber si está en condiciones de poder rendir como el equipo requiere en cinco jornadas dramáticas, ya que los chés están a sólo dos puntos del descenso. Albelda pondrá todo su empeño por valencianismo y porque sabe que se encuentra ante su última posibilidad de poder llegar a la Eurocopa.

Cañizares y Angulo, también con contrato en vigor más allá de esta temporada, no acudieron ayer al entrenamiento voluntario y todavía no han expresado sus intenciones. Personas de su entorno consideran injusto que se les haya marginado sin razón aparente durante media temporada y que ahora, en una situación de emergencia, se les reclute.

Sin consignas

Tras remarcar que no ha recibido consigna alguna del club y que su decisión no es política sino deportiva, Voro expresó su firme confianza en poder sacar el barco a flote. «Nunca pensamos que íbamos a estar donde estamos ni que yo estaría donde estoy, pero es lo que hay, estoy muy agradecido y me siento seguro de poder afrontar este reto con garantías», remarcó.

«De la noche a la mañana me cambia el trabajo, pero valoro que el club haya pensado en mí y como valencianista no me puedo negar. Necesitamos la ayuda de todo el mundo pero soy optimista. Entre todos lo vamos a conseguir», subrayó Voro. A su juicio, las claves del éxito para cambiar la dinámica perdedora son tres: «saber competir, marcarse metas a muy corto plazo y estar implicados».

No se detuvo en exceso en cuestiones tácticas o de sistema, ya que a su juicio los sistemas son muy relativos en función de los jugadores que hay sobre el césped, y reconoció que en cinco jornadas su labor será «más psicológica que técnica».

Sí insistió en pedir el apoyo de la afición para poder superar un momento crítico. «Hacía muchísimos años que el Valencia no estaba a estas alturas en una posición así y creo que la gente va a responder. Espero que esté con nosotros y al final de Liga ya se harán las valoraciones necesarias», adujo.

Su puesta en escena como técnico de elite tiene lugar tras la revolución emprendida por Juan Bautista Soler, el máximo accionista que de un plumazo destituyó a Koeman, a sus ayudantes Bakero y Bruins Slot, al director deportivo Miguel Ángel Ruiz y al secretario técnico, Antonio Fernández, sustituido por Juan Sánchez.

La oportunidad le llega a Voro tras una dilatada experiencia como defensa del Tenerife, Valencia, con el que conoció el descenso, Deportivo y Logroñés, además de sus nueve partidos con la selección absoluta. Puede darse a conocer pero asume que, salvo milagro, sólo le han buscado como solución de emergencia y ya piensan para el futuro en el asturiano Marcelino, el hombre milagro en el Racing.