Entrenadores

Un entrenador, no es más que el líder de un grupo. Y en cualquier trabajo si el líder, el capataz, el capitán, el que lleva las riendas, es un tío agresivo, el grupo lo es, si es valiente, el grupo lo es, si tiene suerte, el grupo la tiene. El grupo se puede poner soviético y querer complicarle la vida al líder, pero para eso el líder tiene que tener la suficiente personalidad para imponerse, o para hacer creer al grupo que su filosofía es la correcta. Dicho de otra manera, hacerse respetar. A nadie le gusta perder, ni nadie pierde queriendo, por muy cabrón que sea el grupo. Cuando en fútbol el grupo falla, se cambia de entrenador, hay quien dice que eso no vale para nada, no lo sé, pero en los dos casos que conozco por cercanía si ha influido. Tanto en el Xerez como en el Cádiz, el cambio se ve desde lejos. Y yo me alegro (bueno, de uno de los casos). Esta claro que Esteban no es Lippi ni Raúl es Capello, pero también está claro que tanto el Xerez como el Cádiz, a los que necesitaban en este momento eran a Esteban y a Raúl. Hay quien dice, que los jugadores tienen mucha culpa, que si ellos quieren echar a un entrenador, hasta que no lo consiguen no paran. Puede ser cierto. No lo sé. No conozco a los futbolistas. Pero en otros equipos de Segunda, también se ha cambiado de entrenador, y la cosa no cambia. Por lo tanto esta teoría se tambalea. Yo personalmente, pienso dentro de mi ignorancia que el culpable del cambio del Cádiz, no es otro que el señor Raúl Procopio. Y me extraña que esto se diga como con cierto temor, como con la boca chica. ¿¿No sé por qué!! Pues yo, como no le debo nada a nadie, lo digo a boca llena ¿¿Enhorabuena Raúl!! Le duela a quien le duela. deportes@lavozdigital.es