Un listado que guardaba uno de los inmigrantes ahogados en el Estrecho puede ser la clave para identificarlos
Este dato llevó a las autoridades marroquíes a dos pueblos cerca de Rabat, de donde pudieron partir los sin papeles
Actualizado: GuardarEl enigma cuya incógnita surgió el 2 de enero, cuando apareció el primer cuerpo sin identificar de los 13 inmigrantes fallecidos al tratar de cruzar el Estrecho, roza su solución. Al menos ésa es la esperanza que tiene el equipo de la Guardia Civil que el pasado 11 de abril acudió a Rabat (Marruecos) para tomar muestras de ADN a posibles familiares de los fallecidos. Si los cotejos con los restos extraídos a los cadáveres dan resultados, estos sin papeles recuperarán su identidad y sus familias obtendrán una confirmación que hace tiempo que sospechan.
Un papel con anotaciones fue el primer hilo del que tiraron las autoridades marroquíes para tratar de localizar en su país personas que echaran en falta a seres queridos que hubieran emprendido el camino hacia Europa en patera. En el reino alauita son miles los súbditos que buscan esa salida. Por eso, son tan complicadas estas labores de búsqueda, explicaron ayer fuentes del Instituto Armado. En el caso del naufragio de Rota el último de los 37 fallecidos fue enterrado con una placa que indicaba su nombre, tres años después de morir. Pero hoy en día y tras el tiempo transcurrido, en el camposanto de Los Barrios descansan los restos de 13 compañeros de travesía que nadie pudo identificar.
Ahora, el panorama parece distinto. El Gobierno marroquí fue informado cuando fueron apareciendo los primeros cadáveres entre Zahora y Los Caños, que uno de ellos llevaba consigo un listado con números de teléfonos anotados. Esta pista fue esencial para que en Marruecos se identificara rápidamente de donde procedían esos números.
De Kenitra y Salé
Así, se supo que ese pasajero podría haber salido de dos localidades muy cercanas a Rabat: Kenitra y Salé. Este indicio coincidía con el relato de algunos inmigrantes que habían sido interceptados a principios de año cuando tocaron suelo español. En el regreso obligado a su país de origen habían hablado de personas procedentes de estos puntos que habían zarpado igual que ellos.
En Marruecos se pudo acotar la búsqueda y de esta forma pudieron entrar en contacto con familias que no sabían nada de seres queridos desde que salieron en dirección a España. Hasta once personas han donado a la Guardia Civil una muestra de saliva.
Estos restos fueron llevados a la Universidad de Granada, que fue la institución que junto con la extinguida Dirección General del Instituto Armado crearon el Programa Fénix en 1998. En esta base de datos se guardan los perfiles genéticos de fallecidos por identificar y que esperan ser cotejados con muestras de personas, que tienen en su entorno a algún desaparecido. En la universidad granadina se extrajo el ADN y se remitió al laboratorio de biología que tiene la Guardia Civil en Madrid y donde aún se está trabajando en busca de coincidencias que resuelvan el misterio.
Los 13 cadáveres pertenecen a inmigrantes que viajaron en embarcaciones diferentes. Los ocho primeros cuerpos fueron apareciendo durante los primeros días del año a lo largo de la costa barbateña. Se cree que iban a bordo de una nave que zarpó el 31 de diciembre, pero de la que nadie supo. Otra naufragio, frente a la Torre del Puerco en Conil, se saldó con otros dos fallecidos. En febrero aparecían otros dos en La Barrosa y Tarifa y el último, el de una mujer, en Los Caños, en marzo.
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