Rajoy y Aguirre hacen las paces
La presidenta de Madrid renuncia a presentar candidatura y declara su apoyo al presidente del partido El líder de la formación asegura que jamás se le ha ocurrido que la dirigente popular pueda estar fuera
Actualizado: GuardarEsperanza Aguirre arrojó la toalla. Como oveja descarriada que vuelve al redil, la presidenta de Madrid explicó, «humildemente», ante los medios de comunicación que nunca buscó abrir un debate interno en el PP, al tiempo que intentó hacer las paces con Mariano Rajoy. Después de que el presidente popular le enseñara la puerta de salida del partido el pasado sábado en Elche, la presidenta madrileña confirmó ayer que no tiene intención de competir con él por el poder, sino que le brindará su apoyo para que sea reelegido en el congreso de junio.
El líder se mostró magnánimo y prometió que seguirá contando con ella si vuelve a ser elegido presidente en la asamblea. De lo dicho, no se acuerda. «Jamás se le ha pasado por la cabeza que Esperanza Aguirre pueda estar fuera del PP», aseguraron fuentes del partido opositor en nombre de Rajoy.
«No tengo intención ni la he tenido nunca de presentar una candidatura alternativa», dijo Aguirre a los periodistas antes de recordar que (el pasado 11 de marzo, en el comité ejecutivo) ya dio su apoyo a la opción que representa Mariano Rajoy en el congreso del PP. La presidenta ocupaba el centro del patio de la Casa de Correos, sede de la Presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM), acompañada por su homólogo de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, con el que mantuvo una reunión bilateral sobre asuntos institucionales de los que, obviamente, no estuvo ausente la crisis interna que altera la vida interna del partido de ambos.
En el momento de las explicaciones, la dirigente madrileña intentó evitar que su nueva posición pueda ser entendida como una rectificación. Mediante una enrevesada metáfora, quiso demostrar que no da marcha atrás puesto que nunca llegó a dar el paso adelante definitivo de anunciar su candidatura sino que, simplemente, amagó con hacerlo. «Yo, como jugadora que soy de póquer y de mus, para poder descartarte tienen que darte las cartas, y es que las cartas no se han dado», respondió cuando fue preguntada si descarta presentarse.
Mucho más clara, pero también más arrepentida, se mostró a la hora de afrontar el maremoto que provocaron sus comentarios en defensa de una ideología liberal para el discurso de oposición de su partido. «Lo que yo he planteado es que hay que abrir una reflexión sobre los resultados electorales», recordó, y reconoció que Rajoy logró unos «resultados más que buenos, muy buenos, aunque insatisfactorios».
Camps, el intermediario
«Humildemente, pregunté si no sería por no dar los debates ideológicos con nuestros adversarios», continuó. Así, reinterpretó sus palabras y olvidó que, hace apenas cuatro días, se declaró plenamente satisfecha por haber podido suscitar un debate ideológico en el seno del PP. «Yo pedí más debate con nuestros adversarios», explicó. «No sé de dónde ha salido la distorsión de que yo he pedido debate dentro del PP», añadió sin rubor.
Francisco Camps ofició de intermediario en la bronca interna entre la presidenta madrileña y el líder de su partido, y en la rueda de prensa que compartieron los dos barones autonómicos. Por supuesto, negó que Rajoy hubiera invitado a Aguirre a marcharse del PP en el mitin del sábado y dijo que tampoco conoce a nadie de su partido que asuma una etiqueta distinta a la «popular». Pero Esperanza Aguirre no se conformó con la solidaridad de Camps y quiso arrancar a su jefe de filas una rectificación. «No me puedo creer que el presidente de mi partido quiera echarme a mí del PP», declaró en tono de forzada incredulidad e indignación, tras asegurar que no se sintió aludida cuando Rajoy dijo que «si alguien quiere irse al Partido Liberal, que se vaya». No obstante, aprovechó la coincidencia de los titulares de los medios de comunicación que la señalaron a ella como destinataria para admitir que si todos lo interpretaron así «sería bueno que el presidente lo aclarara».
De inmediato, desde la oficina de prensa del PP en la calle Génova, una portavoz de Rajoy respondió al envite y declaró que al presidente de los populares «jamás se le ha pasado por la cabeza que Esperanza pueda estar fuera del PP», e insistió en que no se refería a ella al hablar del Partido Liberal sino al grupo con esa denominación que está integrado en el Parlamento Europeo. «La presidenta de Madrid es un gran activo», dijeron las fuentes citadas. «Si el presidente es reelegido en el congreso seguirá contando con ella en su proyecto político», añadieron, y recordaron que Rajoy asume un discurso político «integrador e independiente».
Debate sereno
No sólo Camps, firme valedor de la candidatura de Rajoy, echó ayer una mano a la presidenta madrileña. El diputado y ex portavoz del PP en el Congreso Eduardo Zaplana también lo hizo. En unas declaraciones efectuadas a la cadena Ser, pidió respeto a las posiciones de cada persona dentro del partido, al tiempo que advirtió de que los votos para elegir al próximo presidente de la formación «no los tiene nadie».
Zaplana señaló que al PP le conviene desarrollar «un debate sereno» y no volver a épocas que «es mejor olvidar», y aseguró que existe «toda la libertad del mundo para que la gente que quiera se presente» y para que los compromisarios debatan y opten por la opción que crean mejor para el partido. «Los votos no los tiene nadie», ha afirmado el ex portavoz del PP, quien considera que algunos dirigentes del PP, como los presidentes de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, y la Comunitat Valenciana, Francisco Camps, o el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, se excedieron al ofrecer al presidente del PP, Mariano Rajoy, los votos de todos los compromisarios de sus regiones.
Preguntado sobre si se siente aludido por las palabras que pronunció Rajoy el sábado en Elche (Alicante), Zaplana recordó que el PP es «obra de mucha gente» y ha abogado por defender, «sin mirar ningún tipo de apellido ni denominación», a todo el que ha contribuido a su desarrollo. «En el PP todos somos pocos y cuantos más vengan a sumar fuerzas mejor», manifestó Zaplana a la agencia Efe, quien aseguró encontrarse en la posición política que desea, ya que fue voluntad suya abandonar cualquier cargo de responsabilidad dentro del PP y dedicarse a al trabajo de «diputado raso».