Algo es algo
Si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma. Es lo que han debido pensar en la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de Cádiz, que ante la avalancha de cruceristas que llegarán esta semana en las veinte escalas anunciadas ha montado un dispositivo especial para atenderlos en el mismo muelle y evitar así que emigren por unas horas a otras ciudades, o bien, que anden tan despistados dando vueltas por la ciudad que ni siquiera se den cuentan de que a pocos metros tienen el monumento a las Cortes de Cádiz . Quizás no sea el dispositivo más adecuado -se les entrega lo que denomina paquete básico, un mapa e información de los monumentos y cada uno se busca la vida-, pero algo es algo. Hace unos meses, el propio edil de Turismo reconocía que no existía un plan estratégico como el de otras provincias andaluzas, pero aseguraba que desde el Ayuntamiento se estaba trabajando en uno para definir un producto gaditano. Apuntaba incluso la creación de un Patronato Municipal del Turismo. Quizás éste sea un primer paso, tímido, pero necesario. No estaría de más que alguna autoridad los recibiera a su llegada o que se les diese la bienvenida de alguna manera más original. Pero insisto, por algo se empieza.
Actualizado: GuardarEl crucerista que baje hoy por la escala -se espera la llegada de cuatro barcos con 500 pasajeros- encontrará un punto móvil de información en el puerto, en una de las puertas del muelle, la más cercana a la plaza de España. Mañana -el día grande, con cinco cruceros y más de diez mil turistas- técnicos de Turismo montarán dos stands, uno en cada entrada al puerto, con material turístico. Queda todavía mucho por hacer, como por ejemplo, que la apertura de los comercios al mediodía -sobre todo cuando se sabe con antelación que a lo largo de la semana visitarán Cádiz 21.000 personas- sea una realidad más lejos que un programa en proyecto. Si queremos que vuelvan, hay que hacerlos sonreir.