La paciencia del pirata
Robar en España está al desorden del día, pero lo que no se lleva es restituir lo robado. Ambas costumbres, ya constituidas en tradiciones nacionales, exigen a los ladrones que, aparte de su feo vicio, cultiven la sublime virtud de la paciencia. Después de apoderarse de lo que no es suyo, en algunos sonoros casos, van a la cárcel por una temporada que aunque se les haga larga será corta. «Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya», y quien dice victoria, dice los triunfales millones que cambiaron de sitio.
Actualizado:La puesta en libertad del ex concejal de Urbanismo de Marbella, que es el puesto más ambicionado en cualquier Ayuntamiento, ha movilizado a las masas, aunque no a todas. La actual alcaldesa, que no se encontró las arcas vacías, ya que también se habían llevado las arcas, calcula que el tristemente célebre Juan Antonio Roca puede tener sólo en España un patrimonio de 200 millones. Como además es poseedor de un rostro de equivalente dureza que su apellido, ha solicitado incorporarse a su anterior puesto de trabajo. No se sabe si tiene nostalgia de su sillón o a lo que aspira es a redondear su vertiginosa fortuna.
El cerebro del saqueo de Marbella tiene cómplices en busca y captura, pero como él tenía un millón suelto, ahora está en libertad y lo único que tiene que tener es paciencia, mucha paciencia. Sabe que disfrutar honradamente de lo robado es cuestión de tiempo. La paciencia torna en burla el agravio de la suerte, según Shakespeare, y si él tuvo la mala fortuna de que le pillaran, no quiere que corran la misma sus millones. Ahora sólo tiene el problema de los piratas: ir a la isla donde escondió el tesoro.