«Decidí venir tras jubilarme»
Manuel Sarmiento era militar. Hace poco que se jubiló y se encontró con que no sabía en qué invertir tanto tiempo libre, así que decidió colaborar con las Hijas de la Caridad en su comedor social. Empezó en febrero y desde entonces va todos los días de lunes a sábado.
Actualizado:Y está encantado de la decisión tomada y de ayudar a personas necesitadas. Suele llegar al comedor sobre las once de la mañana: «Me meto en la cocina y me pongo a pelar cebollas, patatas o lo que haga falta. Hoy, por ejemplo, he hecho la tortilla del menú. Luego preparo cubiertos, las bandejas...». A las doce y media se abre el comedor y ayuda a servir comida en las bandejas del medio centenar largo de personas que pasan a diario.
Piensa seguir mucho tiempo, porque, según dice, «hace falta, porque cada vez viene más gente, cada día vemos caras nuevas».