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El buen juicio habitará entre sus paredes
La calle Chancillería toma su nombre por haber sido en 1469 lugar donde estuvo ubicado un importante juzgado
Actualizado: GuardarDebe su rótulo al haber permanecido en ella desde nada menos que 1469 la Chancillería de Xerez, que era como un tribunal supremo donde se dirimían asuntos de importancia suprema. Por poner algún ejemplo, los pleitos de la nobleza acaban en la Chancillería. Mas no era menos cierto que en estos primeros círculos judiciales también se sostenían pleitos civiles, sobre todo, y, en ocasiones, también adquirían competencias criminales. Eran los tiempos en los que los jueces, más que chancilleres, eran oidores. Según reza en la historia de la ciudad, el primer oidor o presidente de esta audiencia fue Agustín Spínola, nombrado como tal por Real Cédula de Enrique IV.
Al parecer, dicho tribunal duró hasta 1505, año en el que fue suprimido por trasladarse a Granada. Esta ciudad de la Alhambra se encargó de la zona más sur del Reino de Castilla y León, mientras que la otra gran chancillería estuvo asentada en Valladolid.
Estuvo por último en esta calle dicha chancillería, pero antes estuvo también en la calle Adelantado, hoy del Clavo.
Ahora no existen audiencias ni tribunales. Más bien ahora reina la paz de una calle tranquila, con poco movimiento. Una chica que dice trabajar en una de las oficinas existentes, comenta que «las viejas casas se han ido reformando y ahora hay muchos vecinos nuevos. La calle ha ido cambiando, aunque siempre fue el típico lugar de casas de vecinos».
Al comienzo hay un Simpecado con la Virgen del Rocío. Cerca de la zona donde estuvo situada la Puerta Nueva, casi en el encuentro con la Porvera, está ahora la casa de esta Real Hermandad del Rocío, que no para de acoger a hermanos cuando llega la tarde, pues la romería está a la vuelta de la esquina y hay que acudir a sacar la papeleta de sitio.
Cerca del lugar donde se reúnen los romeros jerezanos para hacer sus cábalas de cara a la próxima peregrinación por las arenas buscando a la Blanca Paloma cuando llegue el primer lunes de Pentecostés, está también la Asociación de Belenistas, toda una institución en la ciudad. Se les puede encontrar, concretamente en el número 7. Jerez es ciudad de gran afición a los Nacimientos, y la Asociación de Belenistas tiene mucho que ver en todo esto. La chica, que casi nos ha servido de guía, afirma que «ahora no son fechas navideñas, así que se les ve menos por la casa; es lógico». Sin embargo, la calle Chancillería ya está unida a la afición al Nacimiento y por ella se deja notar un cierto olorcillo a lentisco. Conocida asociación presidida por Vicente Prieto Bononato y que durante años ha sabido imprimir ese cariño por el Belén a cientos de jerezanos.
La Jaima
De ahí arriba, justo cuando Chancillería se reúne por un lado con la calle Paralelo y, por otro, por la calle Mendoza, viene un cierto olorcillo a té. Se trata de la tetería La Jaima. Es un sitio donde los aficionados al té y a las velas pueden encontrarse como en casa. «Pues llevamos ya siete años con el establecimiento abierto», cuenta Manuel Parra, que debe ser un especialista en poner el té en su punto. Ceilán, La India o Marruecos, aunque la decoración es mucho más magrebí que oriental. Por detrás de unos sillones bajos se escuchan a unos clientes que se lo pasan bomba, a la luz de la velas. Mejor no curiosear más. «Qué va, nuestro ambiente es muy normalito. Bueno, los chicos de la Escuela de Artes y Oficios, un poco bohemios y artistas. Ése es nuestro fuerte», responde Manuel. Además, La Jaima ha dado un salto cualitativo a su decoración y ahora existe una zona Wifi para chatear mientras te fumas una cachimba con tabaco de sabor a fresa. Todo muy hippie.
Justo enfrente está José Ferrada con su taller de carpintería metálica. «Llevamos más de cuarenta y cinco años doblando hierros y haciendo marcos de ventanas. Este negocio lo fundó mi padre, o sea que fíjate la de años que llevamos al pie del cañón», comenta José. Desde el aluminio moderno a la forja de hierro, el taller de José acoge todo tipo de trabajos ferrosos. «Lógicamente, llevamos muchas obras adelante, y gracias a Dios el trabajo no falta en el taller», concluye José, a quien dejamos con sus asuntos.
La última novedad de la calle está en el Hotel Chancillería, que lleva tan sólo unos meses abierto y que destaca por ser ecológico. Una preciosidad de edificio con pocas habitaciones. El viajero tiene un lugar donde tomar reposo en medio de una decoración muy cuidada, comandada por un exquisito gusto. Lugar sugerente y muy apropiado para inspirarse en una novela. Encantador.
Oración
Finalmente, corona la calle el bonito convento que siempre fue conocido en Jerez como el de Las Reparadoras. Se trata de una iglesia donde muchos cofrades de la ciudad desearían que algún día saliera un precioso Calvario sobre un canasto de caoba, con nazarenos de negro. Ahora son las monjas Esclavas del Santísimo Sacramento y La Inmaculada las que custodian este silente lugar. Se trata de una congregación contemplativa de reciente creación.Sin embargo, las monjas que forman parte de la orden deben tener una vocación a prueba de bomba, pues consagran su vida a la ascética y la contemplación. Una vida de pobreza y austeridad, soledad y silencio, algo que en esta sociedad moderna, consumista y estresante está tachado como una necedad. Sin embargo, las monjas Esclavas lo encuentran como el fin único de su existencia. ¿Y qué hacen? Rezar delante del Santísimo. Día y noche. Tan sólo cuentan con dos horas al día para hablar y para comunicarse entre ellas. El resto del tiempo lo pasan rezando y contemplando al Santísimo Sacramento.
Una áurea de santidad parece que permanece en el altar mayor de la bonita iglesia de ladrillo visto, mientras las monjitas cantan, rezan y bendicen. Una terapia muy estimable para quien piense comerse el mundo sin bicarbonato previo. Una justicia divina, diría el creyente. Chancillería sigue teniendo su particular justicia.