PROTESTADO. Eto'o se dirige a Pérez Lasa. / AFP
Deportes

El Barcelona se despide de la Liga

Lo intentó de todas las formas ante el Espanyol pero no obtuvo resultados El Camp Nou se pobló por completo de pañuelos tras finalizar el encuentro

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Definitivamente, esta no es la Liga del Barça, que lo intentó de todas las formas posibles ante el Espanyol, sobre todo en la segunda parte, pero se mostró romo, ansioso y sin suerte, y además se encontró con un Kameni inmenso. Con sólo una victoria en las últimas ocho jornadas, los azulgrana tiran por la borda cualquier opción de pelearle la Liga al Madrid y se jugarán el ser o no ser en la Champions. Si el año pasado un empate forjado por Tamudo les birló a última hora la Liga en beneficio de los blancos, esta vez las tablas de los pericos certificaron su precipitado adiós al título.

Con sólo ver a Iniesta y Messi en el banquillo quedaba muy claro que el Manchester United era la prioridad. Ganar al Espanyol era obligatorio para mantener al menos un mínimo de ilusión en el torneo de la regularidad, pero la Champions es el verdadero asidero y Rijkaard pensó que para vencer al vecino pobre de la Ciudad Condal no era necesario arriesgar. Los periquitos, en cambio, salieron en teoría con lo mejor que tenían -Riera volvió a ser carne de banquillo- dispuestos a protagonizar una sorpresa que acabara con su pésima racha y les acercase al menos a la UEFA. Volvían Zabaleta y Moisés, dos buenas noticias para Valverde.

Los locales ya dominaron algo más y sumaron los mejores números de un primer tiempo en el que, ciertamente, tampoco atosigaron a un Espanyol bien colocado. La movilidad de Bojan era lo más destacado de un Barça en el que Eto'o lo intentaba con más ímpetu que acierto, Giovani estaba más bien ausente y Xavi no terminaba de imponer su jerarquía en el centro del campo. La brega de Gudjohnsen y poco más.

Un cabezazo alto de Xavi, tras gran centro de Sylvinho, un tiro fuera de Bojan y otro de Zambrotta fueron las mejores ocasiones del Barça hasta el descanso. Su rival se manejaba bien pero tampoco llegaba a los dominios de Valdés, inquietado sólo por un par de lanzamientos lejanos de Ángel y Moisés que se envenenaron tras golpear en sendos zagueros.

Rijkaard recurrió a sus estrellas en la reanudación y con Messi e Iniesta el dominio y las llegadas del Barça se incrementaron. El argentino desbordó con ese fútbol vertical que le caracteriza, lo que supuso la mejor noticia pensando en el Manchester, se asoció con Eto'o y las oportunidades se sucedieron.

Pero no era la noche del Barça, una más, y el Espanyol tuvo la virtud de saber sufrir sin perder el sitio. El punto apenas le sirve en sus aspiraciones europeas pero sus hinchas fueron felices al ver que su enemigo deportivo ya tiene perdida la Liga. Y los del Barça poblaron el Camp Nou de pañuelos, mitad indignados con Pérez Lasa y mitad con su equipo.