El Atlético hipoteca la cuarta plaza y el Betis ya toca la permanencia
El Calderón estalla contra el técnico Javier Aguirre y el presidente, Cerezo Esta derrota complica las aspiraciones de Champions del conjunto rojiblanco
Actualizado:Con un sonoro y casi unánime «¿Aguirre, vete ya!» y una expresiva pañolada despidió la indignada afición del Atlético a un equipo que sucumbió ante el Betis en el día de las peñas rojiblancas, una jornada tradicionalmente aciaga para el club del Manzanares, y puso en serio peligro su clasificación para la próxima Liga de Campeones.
Pese a estar repleto de bajas, el Betis fue mucho más conjunto, tuvo orden, oficio y pegada, y se ganó con todo merecimiento la salvación. Jugó bien pero encontró la inestimable colaboración de un rival con un portero casi de futbolín, una defensa hecha un manojo de nervios, un centro del campo menor y un ataque, con el Kun a la cabeza, que lleva camino de terminar tan harto como El Niño Torres.
Tres goles le hizo con uno menos el Almería, último visitante del Calderón, y otros tres volvió a endosarle el Betis. Con semejante debilidad atrás, es casi imposible que un conjunto que se precie se meta en la Champions. Ni aunque tenga a Agüero, a Forlán o al mejor Maradona. Cada vez que le llegan, hay peligro de gol. Y así toda la temporada.
El resistente Betis de Chaparro salió valiente, decidido, sabedor de que si presionaba la salida del balón del Atlético pondría un nudo en la garganta del rival y de su hastiada hinchada. Y enseguida encontró premio a su actitud. Un error de Seitaridis, un disparo de José Mari, un despeje infame, un Perea que se aparta y un remate sutil de Juande.
Como su equipo no era capaz de hilvanar una jugada en condiciones, el Kun se buscó la vida y agarró un disparo durísimo que se comió Casto al despejarlo hacia adentro. Quedaba una hora larga por delante y en el tramo final de la primera parte el Atlético sí dejó la sensación de que podía remontar. Forlán, en un disparo bombeado, provocó los mayores aplausos.
Como Simao volvió a sufrir problemas musculares -no los tuvo en su carrera hasta que llegó al Atlético-, Reyes encontró una nueva oportunidad que tiró por la borda. Luchó, eso es innegable, pero no dio una y, sobre todo, en la segunda parte falló un gol cantado al rematar con la derecha peor que el más zocato de los juveniles.
De nuevo, el Betis enseguida sacó tajada de su acierto y de los regalos del rival en la segunda mitad. Pablo hizo una faltita innecesaria en la frontal del área y Xisco la lanzó de maravilla. Leo Franco, reaparecido la semana pasada en Valladolid tras una larga lesión, se lanzó tarde, lento y mal. El Atlético se descompuso del todo y, en un magnífico contragolpe llevado por Melli, Capi le dio la puntilla.