Culpable o inocente
La Policía está convencida de que ha detenido a los dos autores de diez violaciones ocurridas entre 1995 y 2000 en la Bahía y que hay un inocente en la cárcel; la Fiscalía no lo tiene tan claro
Actualizado:Un éxito policial sin precedentes». Así de orgulloso se muestra en estos días el comisario provincial José María Deira, después de estar convencido de que han detenido a los dos delincuentes que durante años trajeron de cabeza a la policía por una sucesión de violaciones -diez casos con el mismo modus operandi- ocurridas en El Puerto de Santa María, Jerez y Puerto Real entre los años 1995 y 2000. Tan convencido está de la culpabilidad de J. B. G. y F. P. G., ambos de 53 años, que no le importa reconocer que hace 13 años «nos equivocamos», cuando detuvieron a Rafael Ricardi Robles -en ese momento sólo se habían producido dos violaciones- y le acusaron de la segunda agresión sexual, cometida en la urbanización de Valle Alto. La víctima lo reconoció tanto por la voz como por su aspecto físico -tiene un defecto en un ojo- y así lo mantuvo en el juicio celebrado en la Audiencia en el año 1997 y por el que se condenó a Ricardi a dos penas de 18 años. La sentencia dictada por la sección quinta detalla además que en las muestras de semen recogidas en la ropa de la víctima «se han encontrado todos los alelos (genes) correspondientes al semen del acusado». Cinco años después, un nuevo estudio de esta muestra encargado al Instituto de Toxicología por la Policía -que había comunicado ya en dos ocasiones a la juez que pensaban que Ricardi era inocente, según Deira- «nos dice que la muestra no es de él» y que coincide con la de uno de los ahora detenidos. Esto unido a que las violaciones siguieron produciéndose, con similar manera de actuar, y que las características físicas de uno de los apresados coinciden con Ricardi -defecto visual, boca desdentada y problemas en la erección- refuerzan aún más la postura del comisario.
La Fiscalía no lo tiene tan claro como la Policía y esta misma semana la fiscal jefe de Cádiz, Ángeles Ayuso, se ha hecho cargo de la revisión del caso que condenó a Ricardi.
La víctima
Deira mantiene que «a la vista de lo que ahora sabemos, la víctima se equivocó con toda seguridad, aunque en ese momento estaba perfectamente convencida de que era su agresor». Considera que en la condena de Ricardi «no hubo un fallo judicial, sino una serie de coincidencias que inducen al juzgador a pensar que esa persona es culpable». Descarta por tanto que en esa violación uno de los acusados actuase con Ricardi y luego lo hiciera siempre con otro «consorte», como se denomina en el argot policial al que acompaña en un acto delictivo. «Eso sería una manera de excusar nuestro error. Cuando vimos que las violaciones continuaban, advertimos por medio de escritos al juzgado la sospecha de que Ricardi no era el autor, pero el proceso siguió porque la joven lo identificaba con mucha certeza». Policías encargados de la investigación visitaron entonces a Ricardi en tres ocasiones en Salamanca: «Primero dijo que iba con uno, que comprobamos que era imposible, luego que con otro, que tampoco, y al final llegamos a la conclusión de que se sentía mejor en la cárcel».
Familia
La familia de Ricardi mantiene su inocencia y 13 años después ha decidido emprender acciones para sacarlo de la cárcel y que sea resarcido por la Justicia.
De momento, el veredicto tendrá que escucharse de nuevo: Culpable o inocente.
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