La influencia de los musulmanes en Occidente

-Lo que a mí me parece es que en Alemania, por ejemplo, la opinión de los millones de musulmanes que allí viven tiene una influencia notable sobre la política del país. Sarkozy está hablando de la ley que separa la Iglesia y el Estado, que tiene más de un siglo, y no lo hace por la Iglesia católica sino porque existen en Francia comunidades musulmanas que viven fuera del Estado. Como le decía, la política exterior de países como Francia y Alemania, por ejemplo en relación al papel de EE UU en Oriente Medio, está influida por los colectivos musulmanes.

-¿Quiere decir que son más influyentes que los cristianos?

-No, no es exactamente así. Es un fenómeno digamos dialéctico. Lo que sí es cierto es que la opinión no favorable al cristianismo en muchos países occidentales es hoy más influyente que la favorable. Y eso no es positivo. El Papa está recordando que el cristianismo ha sido el gran defensor del pensamiento y de los valores universales. Es una paradoja que el multiculturalismo no cristiano parta de preferencias individuales más que de consideraciones sobre el bien social y el futuro de la sociedad.

-¿Se imagina una Europa en la que, fruto de la inmigración, los musulmanes practicantes sean tan numerosos o más que los cristianos practicantes?

-Si los cristianos no se sienten responsables de la defensa de su herencia cristiana, eso podría suceder. Pero hay también otros signos, y a mí me parece muy importante el bautismo el pasado Sábado Santo del subdirector de Il Corriere della Sera. No se trata sólo de un asunto personal. Con ese bautismo, el Papa demostró que el cristianismo es el futuro de la humanidad, que no sólo hay cristianos que se convierten al islamismo, como Maurice Béjart o Cat Stevens. También hay musulmanes que quieren aceptar el Evangelio. Los valores de la civilización occidental no están en el consumismo. En esa civilización ha dejado una huella muy profunda el Evangelio.