Guillermo Mora juega con los límites de la pintura en Benot
El artista explora el sentido de lo pictórico en la muestra que presenta desde ayer en la galería gaditana
Actualizado: GuardarTú no enamoras más es,ante todo, un juego que invita a cuestionarse la pintura como género, a explorar y expandir sus soportes, a reinventar las formas en que se crea, pero también los modos en que se percibe. El título, «que no encierra ninguna clase de resentimiento personal», es toda una declaración de intenciones, según explica Guillermo Mora: «Seguiré loco por ella, claro que sí, pero no de su concepción tradicional, que me parece excesivamente limitado».
Desde ayer, este joven artista, becado en 2004 por la prestigiosa Fundación Antonio Gala y premiado en el V Certamen Internacional de la Fundación Barceló, muestra en Benot por qué la crítica lo considera uno de los principales valores de las nuevas generaciones de creadores españoles, «cuyas obras no dejan indiferente a nadie».
Cuestionamiento lúdico
La galería exhibirá para la ocasión una selección de las piezas más representativas realizadas a lo largo de 2007 y parte de 2008 por Mora, acompañadas de pequeñas instalaciones escultóricas que «ofrecen las pistas para entender el mensaje último de la propuesta».
El hilo argumental que las unifica es el sentido del proceso creativo como juego, pero también «el material -la pintura-, que, no obstante, no impide que cada pieza esconda detrás un amplio y rico abanico de posibilidades interpretativas».
«He querido someter todos los conceptos que rodean a la pintura a una especie de cuestionamiento lúdico -explica Mora- de manera que en un primer acercamiento a la obra, se perciben las connotaciones que cada pieza puede tener del mundo infantil».
Pero, quizá lo más significativo de la idea, sea la perversión con que el autor ha tratado el propio soporte pictórico, la insistencia en la factura y en la materialidad, que conducen al cuadro a la categoría de bricolaje «o el hecho de introducirse en un camino de pistas que se han ido dejando al espectador para que sea él mismo el que se enfrasque en esas reflexiones», apuntaba el propio Mora tras la inauguración de la muestra. Por tanto, estas obras podrían ser claves, juegos o pequeñas anotaciones que hicieran referencia explícita a una búsqueda «de un diálogo de y con la pintura». Pero con estas pistas, una búsqueda o interrelación puede siempre acabar en truco. «Porque se trata de una estrategia de desilusiones, privaciones y engaños que conducen en todo momento al punto de cuestionarse lo que debe merecer, o no, la pintura». dperez@lavozdigital.es