ETA hiere a siete ertzainas al atentar contra una sede socialista en Bilbao
El artefacto contenía entre cuatro y cinco kilos de un explosivo sin aclarar Medio centenar de vecinos tuvieron que ser desalojados de sus casas
Actualizado: GuardarSiete agentes de la Ertzaintza resultaron heridos leves por la explosión de una bomba de ETA colocada en la madrugada de ayer jueves en la puerta de la Casa del Pueblo -sede- del Partido Socialista de Euskadi (PSE-PSOE) del barrio bilbaíno de La Peña. El artefacto contenía entre 4 y 5 kilogramos de un explosivo sin determinar y causó cuantiosos daños materiales. La rápida intervención de la policía vasca, que desalojó a numerosos vecinos antes de la deflagración, evitó males mayores. Las fuerzas de Seguridad busca a los integrantes de un comando de 'liberados' de ETA (fichados), a quienes atribuye los últimos atentados terroristas.
La bomba fue detectada a las cinco de la madrugada por una patrulla de la Ertzaintza integrada en el dispositivo especial de seguridad establecido para hacer frente a la ofensiva de ETA, que en su último comunicado extendió su amenaza al conjunto de militantes socialistas. Los terroristas colocaron el artefacto en el interior de un maletín donde podía leerse 'Peligro, bomba de ETA', que abandonaron junto a la puerta de acceso a la sede socialista.
Alarma
Los agentes dieron la alarma, acordonaron la zona y pidieron a los vecinos que abrieran las puertas y ventanas de sus viviendas para evitar daños por la onda expansiva. Algunos ciudadanos salieron a la calle en medio de la lluvia.
Un comunicante anónimo, que dijo hablar en nombre de ETA, llamó a las cinco y media de la mañana a la Asociación de Ayuda en Carretera (DYA) para anunciar que la bomba iba a estallar media hora más tarde. La llamada fue efectuada desde una cabina situada en el barrio de Ollerías, frente a La Peña, y el comunicante distorsionó su voz para evitar su identificación. Fuentes de la lucha antiterrorista consideran que la persona que reivindicó el atentado podría pertenecer al comando que colocó la bomba.
Tal y como amenazó el miembro de ETA, a las seis de la mañana se produjo la explosión, que destrozó la puerta y el interior de la sede socialista. La deflagración hirió levemente a siete ertzainas: tres sufrieron afecciones en los oídos como consecuencia de la onda expansiva, otros tres presentaron diversos cortes por cristales y el séptimo resultó contusionado al caer por una escalera mientras desalojaba a un vecino.
Varias viviendas sufrieron rotura de cristales, puertas, ventanas y persianas como consecuencia de la explosión, que dañó también una docena de vehículos particulares.
La Ertzaintza mantuvo el cordón policial hasta primera hora de la tarde ante el temor de que los terroristas de ETA hubieran colocado una bomba trampa dirigida contra el este cuerpo policial.
El medio centenar de vecinos que fueron desalojados se tuvieron que refugiar del frío y la lluvia en portales de las inmediaciones y en una cercana estación del tren, en pijama y cubiertos de mantas, y no pudieron regresar a sus viviendas hasta pasadas cuatro horas.
Con la resignación en el rostro, una vecina afectada preguntaba en voz alta «¿qué ganan los terroristas con esto?», y recordaba que en el mismo barrio ETA colocó el 9 de octubre una bomba lapa en los bajos del vehículo de un escolta, que causó heridas leves al ocupante. Otra mujer, a su lado, denunció que el atentado «ha ido contra todos nosotros, todos somos objetivos», y exigió a ETA «dejarnos en paz».
El consejero vasco de Interior, Javier Balza, señaló que la colocada en La Peña es «una bomba en toda regla, en el estilo de los atentados de los últimos tiempos dirigidos contra el PSOE». Destacó que «la locura» de las acciones terroristas las padece «el conjunto del pueblo vasco» y lamentó que esta explosión hubiera obligado a desalojar de madrugada a ancianos, niños y personas «que estaban tranquilamente a esas horas en sus casas, durmiendo».