«Nos han dejado sin trabajo»
La deflagración de la bomba que ETA colocó ayer en la casa del pueblo del barrio bilbaíno de La Peña dejó sin trabajo a un número importante de vecinos. En el caso de los negocios más próximos al lugar de la explosión, como una peluquería, un bar o una caja de ahorros, entre otros, sólo levantaron la persiana para comprobar los daños y retirar los cristales rotos. Muchos residentes, por su parte, se ausentaron de sus obligaciones laborales para paliar los desperfectos que había causado el atentado en sus propiedades, así como para tramitar las ayudas existentes al efecto.
Actualizado:Los más afectados resultaron ser los regentes desde hace siete años de la casa del pueblo, Francisco y Charo, quienes recibían constantes muestras de apoyo, mientras atendían, afligidos, a los medios de comunicación. Con el «susto» todavía en el cuerpo, aseguraban que en los siete años que llevan con el negocio «nunca habíamos tenido problema alguno».
«Mala leche»
La casa del pueblo se divide en dos plantas: en la de abajo se ubica el bar, mientras que arriba hay dos oficinas. En ellas, sin embargo, «hacía mucho tiempo que no se celebraban reuniones del partido», explicó. Francisco maldecía la «mala leche» de los autores del atentado, que «han jodido el puesto de trabajo de una familia». Vaticinaba «mucho esfuerzo para volver a levantar el negocio».
La hija de Francisco y Charo, Saioa, con una entereza encomiable, mostraba su «disgusto» e «incomprensión» por lo sucedido. «En este barrio hay gente obrera que no ha podido ir a trabajar por culpa de esta gentuza».