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La fiscal jefe de Cádiz se hace cargo de la revisión del caso que condenó a Ricardi
Los restos biológicos hallados en la víctima de Vallealto vuelven a ser analizados para cotejar los resultados obtenidos durante la investigación del año 95
Actualizado: Guardar«La autoría del acusado es pues, tan clara y evidente, que en modo alguno puede ser puesta en duda por la negativa de aquél». Esta expresión irrefutable para quien la suscribe está extraída de la sentencia dictada por la Sección Quinta de la Audiencia Provincial, que condenó en octubre de 1996 a Rafael Ricardi Robles a 30 años de prisión por dos delitos de agresión sexual cometidos a una joven en Vallealto, en El Puerto. Pero la Policía Nacional, tras arrestar la semana pasada a dos individuos como supuestos autores de una oleada de violaciones, ocurrida entre 1995 y 2000, insiste abiertamente en la inocencia de este portuense que cumplió en febrero 48 años.
Esta apuesta tan segura por exonerar a un preso, que dentro de dos años quedará en libertad gracias a la aplicación de redenciones por trabajos, e imputar su violación a los dos nuevos sospechosos, ha llevado a la Fiscalía de Cádiz a revisar en profundidad las actuaciones que en su día se realizaron. La propia fiscal jefe, Ángeles Ayuso, ha asumido la dirección de estas nuevas pesquisas, apoyándose en la actual delegada de la Fiscalía Anticorrupción, Virginia Alonso. El Ministerio Público es prudente a la hora de reafirmar las manifestaciones de la Policía Nacional, sobre todo porque existe una condena rotunda contra Rafael Ricardi, quien tampoco logró convencer al Tribunal Supremo.
Ese fallo judicial se asienta en la identificación que hizo la víctima del entonces acusado. Según el relato de los hechos que aparece en la sentencia, la joven le vio la cara cuando le quitó la capucha en un gesto de defensa. Pero además, Ricardi -siguiendo con la descripción del fallo- estuvo hablando con la mujer al terminar de consumar la agresión. Por eso, cuando en una rueda de reconocimiento seis individuos pronunciaron la misma frase, la chica lo volvió a señalar.
El tribunal también resaltó el defecto óptico que tiene el preso y que se puede ver en la fotografía superior tomada en las fechas en las que ocurrieron los hechos (año 95). Se trata de un rasgo muy identificativo y poco común, con lo cual adquiere mayor peso a la hora de incriminar a una persona.
Lo negó
Ricardi negó haber cometido la violación que ahora la Policía considera que fue la segunda de las diez que supuestamente perpetraron los dos sospechosos. Por eso, el Ministerio Público va a tomar manifestación a personas implicadas en la pasada investigación y, además, ha solicitado ya varias pruebas periciales. Y es que los agentes se basan en la aparición de ADN de uno de los dos detenidos en las ropas de la víctima de Vallealto para sostener la inocencia de Ricardi; si bien la joven fue agredida por dos personas y del segundo nuevo sospechoso no han aparecido rastros. Según fuentes cercanas al caso, el desarrollo que ha alcanzado el estudio del ADN permite ahora más exactitud. Por eso, los restos de semen han vuelto a ser analizados.
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