«No soy el emblema del perdedor»
El psicólogo argentino metido a intérprete especializado en papeles de psicoanalistas se incorpora al reparto de la comedia 'Cuestión de Sexo', en Cuatro
Actualizado: GuardarEl actor argentino Diego Peretti no se despega de su condición de psicólogo. Dejó la carrera para dedicarse a la interpretación, pero fueron las divertidas tribulaciones de un psicoanalista las que le hicieron triunfar en la brillante comedia Tiempo de valientes. Antes había sido un médico abandonado por su mujer en No sos vos, soy yo, película que le lanzó fuera de sus fronteras y otro título del cine argentino que alcanzó el éxito en España. Y ahora es Bernardo, otro psicólogo con mal de amores en la comedia de Cuatro Cuestión de sexo. Pero todos sus papeles están hilvanados por un mismo nexo: la representación más tierna y creíble del hombre común.
-¿Cómo se las arregla para participar en una serie española y trabajar en Argentina?
-En Argentina estoy representando La muerte de un viajante, pero tengo cuatro meses libres que coinciden con el trabajo en la serie española.
-¿Conocía algo de la televisión que se hace en España?
-Poco. Cada vez que vengo veo algo. Cuestión de sexo me parece que tiene guiones acertados y creativos, características poco comunes en las series argentinas. Allí trato de buscar buenos productos, pero no abundan.
-Vuelve otra vez a ejercer de psicólogo...
-Sí. En España este hecho genera mucha comicidad. Hay una cuestión emblemática respecto del argentino psicoanalista.
-¿A Bernardo le tocará sufrir emocionalmente en la serie, a semejanza de otros personajes suyos?
-Tiene obstáculos para vincularse con la mujer que le atrae y no logra enganchar. ¿Que si me pasa eso en la vida?. ¿No! Yo estoy casado, con una hija, y tengo una hermosa mujer. En ese sentido no soy el emblema del perdedor.
-¿El aspecto físico puede inclinar al actor hacia unos u otros papeles?
-Se podría decir que, en general, puede ser, pero existen tantas excepciones que se puede voltear ese principio. No es sólo el aspecto físico sino la esencia de un actor el que le condiciona para unos u otros papeles.
«Hombres comunes»
-Pero algunos de sus personajes sí tienen en común que tienen alma de perdedores...
-Sí, es algo común en mi carrera. Yo no me siento así en mi vida y tampoco estoy de acuerdo en el empleo de ese término. Prefiero llamar a esas personas como tipos normales, que no perdedores, hombres que tienen sus frustraciones pero también actitudes heroicas en todo momento. Yo, más que perdedor, hablo del hombre común.
-Algunos de sus personajes han tratado la crisis económica que vive Argentina. ¿Se nota mejoría?
-Un poco. Hay una producción que tiende más a lo nacional y hay políticos que quieren más al país. No digo que no haya corrupción, pero antes había otros políticos a los que les importaba más el negocio que pudieran hacer estando en el Gobierno que el propio país. De 2001 a ahora el país ha cambiado para bien, pero Argentina no deja de ser una nación imprevisible en su forma de vida y en sus valores, muy cambiante. Pero uno nació ahí y ya está medianamente acostumbrado a esos ciclos.
-¿Qué le parece el cine español?
-Me gustan mucho Alex de la Iglesia y Alejandro Amenábar; me parecen nuevos, atractivos y muy potentes. Pero tampoco llegan a Argentina muchas películas españolas.